Introducción

El blog tiene la intención de esparcir conocimiento en áreas como la psicología, espiritualidad y misticismo, la información tendrá como fuente autores relacionados con las temáticas anteriormente señaladas, ademas de mi propia autoria. La finalidad no es dar información o conocimiento que yá se conoce sino contribuir con el mismo según mi propio trabajo y reflexión ,por su misma naturaleza las palabras expresadas serán de un aliento hipotético, sin fin de absolutismos ni caracteres de verdades únicas.Que este blog contribuya no solo al autoconocimiento, sino a la reflexión de cada uno de los lectores, en planos tan altos como el espiritual hasta el tan cotidiano terrenal.

martes, 2 de julio de 2013

V Parte El Árbol de la Vida Cabalistico: Las esferas de Netzach, Hod, Yesod y Malkuth.








Netzach, La Victoria y Hod, el esplendor



El espíritu encarnado después de Tiphareth entra en el mundo de Maya o de la ilusión. Desde este punto se vivencia al uno como múltiple, la luz blanca se visualiza en sus múltiples colores, no se conoce a Dios mismo, sino más en sus múltiples manifestaciones. Por esto Netzach corresponde al mundo de las masas y no más al de la individuación. Netzach representa los instintos y las emociones que muchas veces estos suscitan. Hod por su parte es una esfera correspondiente al pilar de la Forma, se sitúa por debajo de Geburah y como es característico de este pilar, es el que inviste de forma a las ideas o a las fuerzas generadas en su esfera acompañante, en este caso a Netzach (la emoción). Debido a esto Hod representa a Geburah en un lugar inferior, significa el intelecto, a la razón que da forma a los pensamientos y los moldea de tal forma que sean congruentes a la emoción. Así se adquiere una fuerza psíquica (pensamiento revestido de emoción): un símbolo.

En Netzach es donde los símbolos que utilizamos como mediadores psíquicos adquieren su poder, pues es justamente esta esfera, la de la emoción, la que entrega al símbolo mismo la fuerza emotiva que requieren para actuar en el plano de la psiquis. Si Netzach es la emoción, Hod es la Mente o la psiquis del hombre. De esta manera entre la reconciliación e integración de este par de opuestos es como nos abriremos camino hacia la belleza que Tiphareth contiene. Entre las emociones y la psiquis es donde el hombre puede hallar una puerta que lo conduzca hacia esferas más altas de su ser. Esta puerta es lo que se conoce con el nombre de arquetipos (que anteriormente habíamos nombrado), pero es de central importancia precisamente en estas esferas donde su función tiene la raíz hacia mundos mas sutiles y elevados de conciencia. Por ello para explicitar más este punto integraremos los conocimientos que C.G. Jung (2002) nos puede dar al respecto:
“…La reproducción de formas arquetípicas de la conducta psíquica pueden crear un horizonte más amplio y una extensión mayor de conciencia, a condición de que se consiga asimilar e integrar en la mente conciente los contenidos perdidos y luego recuperados. Puesto que no son neutrales, su asimilación modificará la personalidad al igual que ellos tendrán que sufrir ciertas alteraciones. En esa parte de lo que se llama <<Proceso de individuación>> la interpretación de los símbolos desempeña un papel práctico importante. Porque los símbolos son intentos naturales para reconciliar y unir opuestos dentro de la psique”. (pg. 97)
 Por ello la verdadera importancia de la unión de los opuestos lo mental (Hod) y lo emocional (Netzach) es que entre ellos existe una equivalencia de contenidos que operan en conjunto para lograr un mayor nivel de conciencia, una integración de contenidos (arquetipos), donde la individualidad se une a la personalidad.


Yesod, El Fundamento 


“Yesod, como lo hemos visto, refleja el sol de Tiphareth, el cual es Kether en un arco inferior.” Dion Fortune
Yesod es el principio dinámico en que operan las fuerzas a través de las energías sutiles, es aquel plano que está por sobre el material o también aquel que opera por sobre los 4 principios básicos que conforman la materia (los cuatro elementos). Yesod corresponde al 5to elemento que dota de energía a los 4 anteriores, por ello Yesod es el elemento Éter. Antes que cierto pensamiento (Hod) pueda manifestarse, es necesario que pase por este plano etérico y se llene de las energías que ahí se revisten de ideas y emociones (Netzach), para poder llegar al mundo material (Malkuth). A Yesod se le conoce como el centro mismo, donde las energías primordiales emanan, es el motor del universo en constante flujo y reflujo. Es el receptáculo de las emanaciones de los otros Sephiroth que lleva estos contenidos hasta densificarse y plasmarse en el mundo físico. En un plano microcósmico podemos hacer la analogía en cuanto a estados de conciencia. Si bien dijimos que Chesed, Geburah, Binah y Chokmah representan al yo superior, Netzach, Hod y Yesod (triángulo inferior) representan la personalidad del alma, es decir, lo encarnado. Tomando individualmente a Yesod dentro del pilar central del Equilibrio podemos ver que Kether es el Súper-conciente, Tiphareth el Conciente y Yesod es el Inconsciente. Por ello se dice el motor del universo, donde se haya toda la fuerza y el poder. Y es justamente el inconsciente el que dota de energía psíquica a la personalidad, pues ahí se hallan las fuerzas libidinales del ser que están en frecuente pugna (Hod y Netzach)


Malkuth, El Reino



Se encuentra en la base del pilar del Centro, el Pilar del Equilibrio y se puede observar a simple vista como una de las esferas más aisladas de todo el Árbol. Sin embargo esto es así ya que se dice que Malkuth recibe todas las influencias y es el catalizador de todas las formas y fuerzas de los demás Sephiroth. Es el resultado final de todas las actividades del Árbol y por ello representa al mundo tangible, aquel que puede ser percibido por nuestros sentidos más ordinarios e inmediatos. Por ello el Reino está conformado por los 4 elementos básicos de la materia.

Malkuth encierra todas las partículas que han descendido desde las esferas más sutiles, ya sean pensamientos (Hod) o emociones (Netzach) y que luego llegan hasta Yesod, que las reviste de materia etérica para luego densificarse y manifestarse en Malkuth. Quedará más claro con el siguiente ejemplo: si una persona se encuentra melancólica por la pérdida de un ser querido, con el tiempo esta emoción (Netzach) de melancolía puede llegar a ser tan fuerte y sostenida en el tiempo que se transforma en depresión, con sus consecuentes pensamientos (Hod) de muerte, angustia y vacío. Esta energía psíquica puede ser tan potente y mantenida que tiñe todas sus experiencias en adelante, logrando así una densa masa psíquica (Yesod) en su pensamiento y por consecuencia una manifestación en sus órganos físicos (Malkuth), lo que conocemos como enfermedad o sintomás físicos.
Por consecuencia podremos comprender entonces que lo que en el mundo físico o de la materia sucede, es el resultado de múltiples interacciones ocurridas a priori en planos más sutiles de la existencia y que lo que al mundo físico acontece no es más que el síntoma a la vista.
En palabras de Dion Fortune: “La función formadora y concretizante de Malkuth es lo que hace tangible, visible y definido lo que en las plantas superiores es indefinido e intangible; es el gran servicio que presta a la manifestación, y es su poder característico. Todas las luces, es decir las emanaciones de los demás Sephiroth, se iluminan, y de consiguiente, se visibilizan, tan pronto como son reflejadas por aspectos concretos de Malkuth.”
Nota: Los cabalistas no se refieren a la materia como ser puramente físico, si no además el aspecto psíquico y sutil de esta, es decir, las 4 condiciones según las cuales puede existir la energía. Elementos que están presentes hasta el Mundo de la Formación (Netzach, Hod y Yesod).
El cuerpo, plano o vehículo etérico en las tradiciones místicas también es considerado de cierta forma como parte del mundo físico.


Referencias:

-Fortune Dion (2001), Kabbalah Mística, Editorial Kier. Disponible en e-book: http://www.samaelgnosis.net/libro/pdf/cabala_mistica.pdf

-Jung, Carl Gustav (2002), El Hombre y sus Símbolos, Editorial Caralt.

domingo, 21 de abril de 2013

IV Parte El Árbol de la Vida Cabalistico: Las esferas de Chesed, Geburah y Tiphareth: La Misericordia, La severidad y la Belleza.


Chesed (Guedulah) La Misericordia 

“Representa la formulación de la idea arquetípica, la concreción de lo abstracto. Cuando el principio abstracto que forma la raíz de una nueva actividad se formula en nuestra mente, operamos en la Esfera de Chesed.”  Dion Fortune. 

Es el Sephira central del pilar de la misericordia bajo Chokmah. Representa al padre amante, protector y preservador. Chesed o Guedulah es la compasión o misericordia, que equilibra la severidad que corresponde a su hermano izquierdo Geburah.

Chesed es la capacidad de representar imágenes o proyectos, tomando la materia prima existente, la realidad inmediata y poder proyectarse en función de la modificación a través de la imaginación de aquella realidad deseada. Es el pensar adelantándose al futuro.

Geburah, La Severidad

“Chesed, el Rey sentado en su trono, el Padre del pueblo de días pacíficos, bien puede merecer nuestro amor; pero quien es acreedor de nuestro respeto es Geburah, el Rey sobre su carro, que parte para la guerra.” Dion Fortune

Geburah es quien nos inspira a mantenernos firmes en nuestras decisiones y en nuestros caminos, es la fuerza y el poder que nos ayuda a permanecer presentes nuestros principios. Pero al contrario de Chesed no es el mantenedor, sino que nos impulsa a la liberación y al rompimiento de nuestros viejos esquemas mentales (aquí podemos recordar que cada Sephira, cada aspecto de la creación, que es comparable a cada planeta en la astrología, puede estar bien o mal aspectado, según las proporciones en que se manifiesten). Gracias a Geburah no nos permitimos caer en cierta estupidez que provoca el enamoramiento, sino que podemos amar sin caer en nuestra desvalorización causada por nuestro exceso de sentimentalismo o por el contrario, en el caso de nuestra falta de amabilidad, nos ayuda a volver en si mismos y no caer en la arrogancia.

Geburah encarna la justicia y el temor que causa su severidad. Por lo mismo muchas veces en las religiones se le atribuye la característica del mal: por ello el lado derecho se caracteriza por la connotación buena o positiva (Chesed) mientras que el lado izquierdo de Dios, es lo maléfico, “la otra mano”.

No es que Geburah encarne los principios oscuros o “malos”. Esta es sin embargo una concepción dualista que la filosofía cristiana ha hecho desvalorizando la tradición original y dándole a los poderes de Dios características humanas. Bueno y malo, blanco y negro, así sucesivamente. No es que exista estrictamente el bien y el mal. En las enseñanzas de la filosofía mística se entiende el mal como energía desfasada y que no esta en su lugar. En palabras de Dion Fortune:

“Si un exceso de amor nos hace sentimentales y estúpidos, o si la falta de amor nos convierte en destructivos y crueles. Es en este sentido que se comprende el Mal y no en un dominio personal que obra como un Adversario.” Dion Fortune.

Tiphareth, La Belleza 

Está situado en el centro del Pilar del equilibrio, le sigue a Kether y por ello representa a este mismo pero en una esfera inferior. Es el punto de transmutación entre los planos de la fuerza (pilar derecho) y los de la forma (pilar izquierdo). De esta manera para poder comprender la función de Tiphareth será necesario relacionar su lugar en el Árbol con las demás esferas.

Tiphareth si bien pareciera que estuviese aislado, no lo está, pues es el último lugar en correspondencia con el mundo arquetípico, por consiguiente las esferas por debajo de Tiphareth (Netzach, Hod, Yesod y Malkuth), representan el mundo más denso antes de concretarse en la materia. Las 4 esferas por sobre Tiphareth como lo dijimos anteriormente, representan el mundo de las ideas Platónico, el mundo arquetípico.

También puede ser visto Tiphareth como la conciencia que actúa como mediador entre las cuatro esferas superiores que representan al yo superior y las cuatro esferas inferiores que representan al yo inferior o personalidad.

En Tiphareth encontramos los conceptos arquetípicos (niveles superiores) que se cristalizan y se convierten en ideas arquetípicas (niveles inferiores).

Así es en esta esfera donde el espíritu al descender logra al fin encarnarse y por esta razón es la esfera asociada al sacrificio, el acto sagrado que realiza el espíritu para retornar a la tierra, y es debido a ese acto que Tiphareth es conocido como La Belleza y es justamente Kether en un nivel inferior (desencarnando de su ideal divino).


Referencias:

-Fortune Dion (2001), Kabbalah Mística, Editorial Kier. Disponible en e-book: http://www.samaelgnosis.net/libro/pdf/cabala_mistica.pdf

lunes, 11 de marzo de 2013

Parte III. Los 10 Sephiroth, sus relaciones y correspondencias. Kether - Chokmah y Binah.


Kether, La Corona 

En la Kabbalah se dice que mas allá de la primera manifestación, representada por la luz que es  conocida como la corona, existen otros niveles mas sutiles, sin ninguna clase de forma concreta. Estos niveles son conocidos como los velos de la inmanifestación y son las fuerzas que pulsan a la vida. Se dice que los velos de la inmanifestación son 3.
El primero es Ain “negatividad”, el segundo es Ain Soph “lo ilimitado”, y el tercero es Ain Soph Aur “Luz ilimitada”. Estas son las realidades trascendentes. Después de ellas ocurre la primera  manifestación, que es la corona (Kether), la fuente de la luz espiritual del mundo.
Nuestra conciencia humana sólo puede acceder hasta Kether ya que de lo inmanifestado nada se puede decir ni pensar. Podríamos decir que en Kether se encuentra toda la creación en potencia, pero que aún no esta lista para manifestarse. En Kether se halla toda la energía, por eso a Kether también se le denomina el Uno, es la energía antes de polarizarse a niveles más densos. En este nivel es donde los conceptos y el lenguaje desaparecen pues Kether sólo puede ser descrito en niveles  experienciales: se percibe solo a través de la intuición. Podríamos decir que Kether existe por sí solo sin reacción alguna. En palabras de Dion Fortune:
“De la misma manera que nosotros nos expresamos en obra, así también Kether se expresa en la manifestación. Pero tal como las obras del ser humano no constituyen su personalidad, sino que son la expresión de su actividad natural, igualmente ocurre con Kether: su existencia no está manifestada, pero es la causa de la manifestación.”

Metafóricamente hablando podríamos decir que Kether es el océano y los demás sephirot todos los ríos que confluyen hasta él.


Chokmah, La Sabiduría 

 “Tenemos que aprender cuándo podemos funcionar como Kjokmah y engendrar hijos en el mundo, y cuándo podemos actuar mejor como Binah y hacer que nuestro medio ambiente nos fertilice y nos haga productivos.” Dion Fortune

A partir del descenso de la energía desde Kether hacia Chokmah, la energía se desenvuelve en forma dual, es decir, se polariza. Por un lado Chokmah representa la primera fuerza o energía en manifestación, el aspecto masculino, mientras Binah es lo femenino. A partir de este par de opuestos es que aparece la manifestación o los pilares del universo. En Chokmah podemos encontrar el Primer Verbo, que dijo, “hágase la luz”. Es la primera fuerza de la manifestación, es el impulso de vida que crea y es la energía misma del creador que busca tomar forma. Se encuentra en la punta del pilar de la misericordia, por lo tanto, todos los sephiroth de este pilar se relacionarán con estos aspectos de Chokmah. Por otro lado Binah es la femineidad que da forma y representa a la pasividad, es la fuerza contenedora de Chokmah. Chokmah es sabiduría pues al descender Kether nos encontramos con el entendimiento del mundo, pero solo como experiencia ya que finalmente Binah nos lo dará en conceptos y abstracciones. Por ello Chokmah es la sabiduría y Binah el entendimiento.

Binah, El Entendimiento

“Es la poderosa Madre de todos los seres vivientes e, igualmente, el Principio de la Muerte, pues la forma debe morir cuando ha cumplido su misión. En los planos de la forma, la muerte y el nacimiento son el anverso y el reverso de la misma moneda.” Dion Fortune, Cabala mística

Binah corresponde al aspecto femenino del universo. Representa la pasividad que da forma a la creación y a la potencia de esta última. Es a su vez el entendimiento pues para que la sabiduría de Chokmah se pueda perpetuar en la manifestación es necesario que haya un conocimiento de las leyes del universo por el cual regirse.
Este tercer Sephirah tiene como función equilibrar las fuerzas cósmicas que emanan desde la fuente de Kether (la energía inmanifiesta). En Chokmah esta energía se expresa con gran potencia pero sin forma. Cuando la energía llega a Binah, esta toma forma y se descarga en un estado, que no es lo mismo que en una cosa, pues es una fuerza en movimiento que alcanza cierta estabilidad. Para hacer esto más comprensible tomaremos prestado nuevamente los ejemplos dados en el libro de Dion Fortune, La cabala Mística:

“…el átomo, que para todos los fines prácticos constituye la unidad estable del Plano Físico, es la manifestación del tipo de fuerza llamado Binah. Todas las organizaciones sociales sobre las cuales pesa abrumadoramente la mano muerta del estancamiento, como, por ejemplo, la civilización china antes de la revolución o nuestras fosilizadas universidades, se dice que están bajo la influencia de Binah.”
Entonces el equilibrio es alcanzado desde esta esfera y el poder de Dios, Kether, es detenido por la forma y frenado en Binah. Por ello la manifestación divina busca también en su momento quebrar con la inercia, la fuerza con que fluye el universo y la suma de sus energías aumenta justamente por la misma inercia. Es esta misma fuerza la que rompe con la estabilidad alcanzada entre Chokmah y Binah en su reciprocidad, entonces como nos dice el Zepher Yetzirah -comienza nuevamente la acción y reacción- y el poder de Chokmah se sobrepone nuevamente sobre el aquietamiento establecido por Binah y así se pone en movimiento un nuevo ciclo de equilibrio entre los pares de opuestos. Gracias a esta escalada es que se van repitiendo los ciclos anteriores pero ahora en una forma diferente, más elevada y completa, evolucionando en un círculo ascendente.

Cabe recordar que ha Binah también se le asocia con el tan injustificado mal, esto por retener la expansión de la energía creativa del espíritu, pero aquellos que no comprenden el importantísimo papel de la estabilidad y la pasividad, nunca comprenderán la importancia del detenerse a escucharse a si mismos y contemplar lo que se tiene y lo que se ha logrado en el proceso. Por ello la virtud de Binah es el silencio, y su vicio, la avaricia.




____________

Referencias:

- Fortune D. (2001), Kabbalah Mística, Editorial Kier. Disponible en e-book: http://www.samaelgnosis.net/libro/pdf/cabala_mistica.pdf

lunes, 4 de marzo de 2013

Parte II.- El Árbol De La Vida

“…Lo podemos utilizar como el ingeniero o el matemático emplean la regla de calcular para investigar y calcular todas las complicaciones de la existencia tanto visible como invisible, así como la Naturaleza externa y las profundidades del alma.” Dion Fortune, El Árbol de la Vida. 

¿Qué es?

El Árbol de la Vida es un símbolo compuesto cuya función es la representación del Cosmos y de toda vida humana y sus relaciones. En él se encuentra todo contenido que emana de las profundidades de la psiquis colectiva, que corresponde al alma del universo, tanto visible como invisible y a la psiquis individual, con su consecuente alma y realidad subjetiva.Por ello podemos describir al árbol de la vida como un gráfico o mapa sobre la conformación tanto macrocósmica como microcósmica del universo.

Estructura del Árbol de la Vida. 

Este jeroglífico posee 10 esferas denominadas “Sephiras”, que en hebreo significa número, por el hecho de tener correspondencias numéricas. Estas esferas se relacionan entre sí a través de líneas denominas Senderos los cuales son 22 en total. Cada una de estas 10 esferas representa un estado de manifestación divina y cada sendero o línea que conecta a cada Sephira representa el arquetipo involucrado en la interacción de los diferentes estados de conciencia representado por las esferas. Así entendemos que los senderos son los escalones por los que pasa el alma en su realización.
Las esferas van numeradas del 1 al 10 y en este mismo sentido se distribuyen en forma descendente, representando las más altas un nivel de manifestación más sutil y las inferiores niveles de manifestación más densos, es decir, más cercanas al mundo material.

Los pilares

Podemos observar que el árbol de la vida se divide en 3 pilares. El pilar izquierdo es denominado el pilar de La Severidad y está constituido por los Sephiroth Binah, Geburah y Hod. El pilar central es denominado el pilar de La Armonía y del Equilibrio y está constituido por Kether, Tiphereth, Yesod y Malkuth. Y el pilar derecho es el pilar de La Misericordia en el que se encuentra Chokmah, Chesed y Netzach. Conocer estos pilares es importante para lograr comprender el Árbol de la Vida. Asimismo es importante entender que cada Sephirah surge de otra Sephira y se encuentran íntimamente relacionados entre sí. Por lo mismo no se puede entender una Sephirah sin relacionarla con las otras.

Esto quedará más claro en la siguiente entrada.



miércoles, 27 de febrero de 2013

Introducción al Árbol de la Vida Cabalistico. Parte 1.

La cábala proviene del judaísmo y corresponde a las enseñanzas místicas del antiguo conocimiento y sabiduría que entregaban los maestros a sus discípulos para perpetuar el verdadero conocimiento acerca del microcosmos (hombre) y el macrocosmos (universo). Kabbalah significa “tradición” en hebreo ya que en un inicio este conocimiento se transmitía de generación en generación a través de la comunicación oral. Hoy en día la Kabbalah se divide en cuatro formas o prácticas de conocimiento: la Kabbalah Literal, la Kabbalah Práctica, la Kabbalah Dogmática y la Kabbalah No-Escrita, esta última consiste en el estudio del Árbol de la Vida, el cual es la base estructural de este trabajo. El árbol de la Vida es una forma de enseñanza esquemática y de una alta complejización de entendimiento sobre la conformación del cosmos, representado en 10 esferas o “sephirots”. Estas esferas vienen a ser cada uno de los estadios de conciencia que posee el hombre en su interior y definen diferentes planos de existencia con su correspondiente nivel de conciencia.

La Kabbalah

¿Quiénes fueron, pues, los primeros cabalistas que idearon ese plan? Los Rabbis están unánimemente de acuerdo en que fueron los ángeles. En otras palabras, que fueron seres pertenecientes a otro reino de la Creación de la humanidad quienes dieron al Pueblo Elegido su Kabbalah. Para la mentalidad moderna esto puede parecer tan absurdo como el cuento de que los niños nacen debajo de las coles pero si estudiamos los muchos sistemas del misticismo que se conocen en la religión comparada, encontraremos que todos los iluminados están de acuerdo en ese punto. Todos los hombres y mujeres que hayan tenido una experiencia práctica de la vida espiritual nos dirán lo mismo, esto es, que han sido enseñados por Seres Divinos. Y seríamos muy tontos si negáramos el testimonio de tan numerosos testigos, especialmente si nosotros mismos no hemos tenido ninguna experiencia personal de los estados más elevados de la conciencia.” Dion Fortune 

Comenzaremos dando una breve descripción de los tipos de Kabbalah existentes desde la perspectiva de Dion Fortune en su libro “La cabala Mística”. Los 4 tipos de Kabbalah son:

1. “La Kabbalah Práctica”, que trata de Los talismanes y de la magia ceremonial.

2. "La Kabbalah Dogmática", que está compuesta por toda la literatura cabalística.

3. "La Kabbalah Literal", que trata del empleo de Las letras y de Los números.

4. "La Kabbalah No-Escrita", que se compone del debido conocimiento acerca de la forma en que están ordenados los sistemas simbólicos en el Árbol de la Vida.

Esta última es la que desarrollaremos en el presente trabajo.


La Kabbalah no-escrita

Se basa principalmente en el estudio del diagrama denominado El Árbol de la Vida y de ciertas series de símbolos distribuidos en cada una de sus situaciones. Trabaja de forma que sus conceptos no se pueden conocer mediante el raciocinio que utiliza un estudiante de ciencias naturales, sino que se remonta a la experiencia misma del trabajo en meditación de sus símbolos y letras. No funciona con conceptos deterministas, sino que el experimentador utiliza los datos recogidos con la experiencia y el fenómeno mismo del contexto para poder determinar su funcionalidad y su impacto en la realidad  

(El fenómeno de la meditación al igual que otras prácticas y ejercicios espirituales tienen su fundamento en lo que la persona logra al fin en su ámbito cotidiano de la realidad inmediata, en sus actos y decisiones en su vida. La mayoría de las personas piensan que por estar horas meditando o haciendo yoga, lograrán su ascenso a niveles espirituales, siendo esta una de las mayores aberraciones ocurridas en distintos estudiantes de ocultismo.)

 Todo símbolo posee su poder en su composición y energía psíquica que trae consigo, no en el pensamiento o concepto que formamos de él, al contrario, su función está determinada por la fuente que lo creó, por lo que la conciencia del individuo tiene poco papel como protagonista. Es su inconsciente la fuente de todo símbolo; y al experimentar un símbolo compuesto como el Árbol de la Vida el sujeto está llevando a su psiquis un símbolo que pertenece a lo colectivo o lo que Jung llamaría, el Inconsciente Colectivo (1990), aunque en nuestro tema cabalístico, este símbolo nos lleva a experimentar una realidad de planos espirituales, más que netamente psíquicos y conceptuales. Así nos habla Dion Fortune (2001):

“Así ocurre también con el sistema de notación de la Kabbalah. Las cosas que ofrece no son pensables y, sin embargo, al ir de un símbolo a otro, se desenvuelve y piensa en ellos; y aunque tengamos que contentarnos con mirar como a través de un cristal empañado, sin embargo tenemos la esperanza de que, ultérrimamente, podremos ver las cosas cara a cara, porque la mente humana se desarrolla con el ejercicio, crece, se expande, y lo que al principio parece incomprensible como las matemáticas superiores lo son para un niño que no puede ni sumar, finalmente se llega al punto en que se alcanza la plena realización. Pensando sobre una cosa nos formamos conceptos sobre ella”. (p.15)

Además de la importancia simbólica que destacamos, no podemos dejar afuera la consecuente relación de símbolos que se establecen en el Árbol de la Vida. Pues como una unidad aislada no es sino una parte de la totalidad y no se define más que a sí mismo y es justamente lo que queremos evitar al intentar experienciar con el Árbol.
Este símbolo compuesto toma diferentes interpretaciones según el plano en que se situé, y más aún su confluencia con otros símbolos abrirá una puerta a nuevos mundos y consecuentemente a nuevas realidades y a nuevos estados de conciencia. Así este diagrama del alma humana es el universo en cada uno de nosotros, pues estas imágenes universales tienen sus respectivas correspondencias anímicas y psíquicas en cada hombre.

Diríamos: como son las estrellas al cielo, son los símbolos para el sí mismo en el hombre. Y de esto se ocupa la Kabbalah no-escrita o el tan mencionado Árbol de la Vida.



*Continua en próxima entrada.

 ____-
Referencias:

-  Fortune D. (2001), Kabbalah Mística, [ebook] Editorial Kier. Obtenido el 20 de febrero de 2009, desde:  http://www.samaelgnosis.net/libro/pdf/cabala_mistica.pdf

-Jung C.G. (1990) Las relaciones entre el yo y el inconsciente. Barcelona: Paidós.