Introducción

El blog tiene la intención de esparcir conocimiento en áreas como la psicología, espiritualidad y misticismo, la información tendrá como fuente autores relacionados con las temáticas anteriormente señaladas, ademas de mi propia autoria. La finalidad no es dar información o conocimiento que yá se conoce sino contribuir con el mismo según mi propio trabajo y reflexión ,por su misma naturaleza las palabras expresadas serán de un aliento hipotético, sin fin de absolutismos ni caracteres de verdades únicas.Que este blog contribuya no solo al autoconocimiento, sino a la reflexión de cada uno de los lectores, en planos tan altos como el espiritual hasta el tan cotidiano terrenal.

jueves, 12 de enero de 2012

Sobre el cambio en psicoterapia, perspectivas vinculares y dialécticas.


Desde un comienzo se ha explicitado por diversos autores y diversas corrientes psicológicas las dificultades que se encuentran a la hora de definir y alcanzar un consenso teórico-práctico con respecto a que es el cambio en el proceso de psicoterapia. Este, a partir de consideraciones generales ha alcanzado posibles acercamientos a definiciones que aclaran este difuso concepto.
Desde una perspectiva académica se nos ha definido de esta forma: “En psicoterapia, es una alteración cuantitativa o cualitativa de uno o varios aspectos de la persona en el contexto de sus relaciones consigo misma, con otros y con el mundo. Por lo tanto su dimensión central es la ampliación de posibilidades de experiencia o mundo experiencial.”

Al ser definido de esta forma, el cambio en psicoterapia pasaría a conformar una instancia en donde el componente principal es el estar en relación y que solo bajo esta circunstancia se es capaz de ampliar estas posibilidades de experiencia y que además, agregamos es fundamental definir al cambio como un proceso, el cual requiere de una necesaria continuidad en el tiempo.

Pero ¿Que es esto de estar en relación?

Dentro del contexto psicoterapéutico, sobre todo en las teorías freudianas, la relación paciente-terapeuta estaba limitada a la escucha, observación e interpretación de los contenidos del paciente por parte del terapeuta y a la evocación de recuerdos, sensaciones, emociones y pensamientos por parte del paciente.
El terapeuta se definía metafóricamente como una especie de recipiente o maquinaria en donde se deposita el material terapéutico y este, sin perturbación alguna puede dar su interpretación al que está en aquel diván.
Este tipo de relación está estructurada en su base (o en algún punto pensada) de manera unilateral, en donde el terapeuta, al parecer, se demuestra experto e intocable con lo que le sucede al otro, por lo tanto se sabe en las mejores condiciones para dar sus interpretaciones.
La dialéctica, (como proceso intersubjetivo) en este tipo de estar- con- un- otro adopta características epistemológicas particulares a partir de la mirada y el enfoque que adopta el terapeuta en relación a su paciente y que tiñe las posibilidades de interacción de una forma particular, dicho de otra manera limita la mirada terapéutica y por lo tanto su abordaje en la práctica clínica, asunto no menor si tomamos conciencia del impacto y de los elementos que están puestos en juego en las intervenciones psicoterapéuticas que de una u otra forma impactarán de manera particular a los pacientes.


Al respecto, el cambio, entonces es dado desde esta perspectiva, en una dialéctica que es referida en un contexto de paciente enfermo e ignorante de si mismo y un terapeuta omnipotente, conocedor y experto.

C.G. Jung por su parte, fue uno de los primeros en cuestionar esta postura unilateral y omnipotencia de la práctica psicoanalítica, sin embargo reconoce al igual que la perspectiva freudiana el contexto dialéctico en que se produce el cambio, pero a diferencia de las posturas freudianas acerca de lo que sucede en ese “estar”, la dialéctica en cuanto proceso psíquico dinámico, adopta un cambio significativo en la manera de percibir el estar en relación y lo define como una interacción entre dos sistemas psíquicos. (Jung, 2006).
Este cambio en la percepción de lo que sucede por ejemplo en la práctica clínica se puede ver graficado en lo que Jung denomino el Campo Transformativo:



Aquí podemos observar que tanto la conciencia del terapeuta (CC. T) esta en una relación directa con la conciencia del paciente (CC. P) y en esta dimensión cabe todo contenido verbal o corporal que es percibido tanto por terapeuta y paciente de manera evidente o conciente, es decir, “a” .
Pero además se agregan otras dimensiones de interacción, de las cuales “b” implica todo contenido que va desde la conciencia del terapeuta hacia su propio inconsciente y viceversa, como por ejemplo sus propios sueños y fantasías, lo mismo está presente en el paciente, esta relación conciencia – inconsciente y sus respectivos símbolos e imágenes que desarrollan una relación o compensación.
En tercera instancia encontramos “c” lo que da cuenta que en la relación terapéutica suceden cosas que ni paciente ni terapeuta alcanzan a llevar a la conciencia pues este se sitúa en un nivel mas profundo y sutil.

Y la perspectiva o nivel “d” es lo que creemos es fundamental en la diferenciación dialéctica establecida por Jung a diferencia de la dialéctica freudiana. Aquí se señala una interacción en donde el paciente es capaz de ser conciente de aspectos inconscientes del terapeuta y que este ultimo en alguna instancia aun no es capaz de percibir de si mismo (o por lo menos no se da cuenta que lo está manifestando) y al contrario, sucede lo mismo con el terapeuta en donde este da cuenta de contenidos inconscientes que el paciente no reconoce en si mismo.
Así la dinámica entre “b” - “d” y “c” en relación al terapeuta puede dar cuenta de lo que ocurre psíquicamente en la contratransferencia en donde aspectos inconscientes del paciente se relacionan inconscientemente con los del terapeuta, pero que pueden alcanzar la conciencia de este, trabajo que es indispensable desarrolle este último en un trabajo psicoterapéutico.
Por su parte las “b” – “d” y “c” del paciente constituyen la Transferencia en donde este tiende a repetir las dinámicas vinculares reiteradas de su pasado con el terapeuta y que es trabajo de este mismo ayudar a llevar a la conciencia del paciente.

Desde esta perspectiva, esta diferenciación produce una expansión en las consideraciones y percepciones de lo que el psicoanálisis tiene en cuenta de lo que es posible de ocurrir en psicoterapia, al parecer son muchos mas factores los que estarían influenciando el cambio en la práctica clínica. Cabe preguntarse entonces ¿Es realmente posible un terapeuta que no se vea afectado en algún nivel por lo que le pasa a cada paciente que entra consigo a terapia? y por lo tanto, si cambia un sistema psíquico a través de la llamada dialéctica, recordemos la definición de Jung, en tanto que interacción entre dos sistemas psíquicos. ¿Podría no verse afectado el funcionamiento psíquico del terapeuta?.
A partir de lo ejemplificado en el campo transformativo comenzamos a preveer las diferencias fundamentales surgidas en la manera de percibir la psicoterapia, y por ende los factores que influencian el cambio.
Primero que todo, al definirse como interacción entre 2 sistemas psíquicos, estamos describiendo una situación en donde ninguno de los dos sujetos queda exento de ser afectado, pues el estar en este tipo de relación (que ya no es solo física, sino además psíquica) las fronteras (aparentemente) establecidas por el psicoanalista, se diluyen y queda inmerso y vulnerable a las influencias psicológicas de la situación terapéutica.
Por lo tanto la relación en psicoterapia ya no estará limitada sobre lo que le pasa al paciente en si mismo, sino, además en gran parte a lo que me pasa a mi con respecto a él y a él con respecto a mi.
Desde estas consideraciones vamos viendo como el proceso en psicoterapia se complejiza mas y el cambio abarca mayores dimensiones de las que creíamos posibles.

Sin duda representa sino una amenaza y/o un riesgo para el terapeuta, ¿Por qué entonces se utiliza este método dialéctico?

En primera instancia o vulgarmente se cree que lo dialéctico es simplemente un método utilizado a través de la palabra y que el intercambio de aspectos concientes e inconscientes se realiza principalmente a través de esta. Sin embargo la práctica clínica enseña, que el cuerpo tiene mucho que contar, junto con posturas, gestos voluntarios e involuntarios (en su mayoría) entre otras manifestaciones, por ende al tomar en cuenta al cuerpo dentro de esta comunicación, extendemos la importancia de lo que ocurre “entre nos” en el proceso Dialéctico y este no solo se expande a las “curas por el habla” sino a toda posible técnica e intervención que tenga como principio abarcar en grado profundo o significativo aspectos individuales del paciente.
Hay técnicas que remiten a solucionar aspectos particulares, a complicaciones específicas las cuales son válidas a partir de lo que el paciente estipula como necesario trabajar, para ello la intervención dialéctica puede ser reemplazada por intervenciones más superficiales y de poca duración.
El terapeuta puede hacer uso de procedimientos más “mecánicos” y automáticos para su tratamiento, que en rigor son complicaciones menos rigurosas y más “superficiales” en cuanto no requieren profundo examen de la realidad o historia del paciente. Sin embargo un estudio profundo en psicoterapia implicará tomar en cuenta aspectos únicos e individuales del paciente que no se pueden pasar por alto y que por lo tanto la relación paciente-terapeuta se hace necesariamente un proceso dialéctico (Jung, 2006).

Esto implica que en el proceso dialéctico de una psicoterapia es fundamental reconocer la complejidad y la diversidad de los procesos psíquicos de cada paciente lo que se traduce en la capacidad de lograr ser El mismo, de manera que “la cura” y/o el cambio sean gradualmente posibilitados por el propio proceso del individuo y claro está, que, desde esta perspectiva, la transformación del paciente en cuanto a cura va a estar determinada no solo por el mismo, sino aspectos o contenidos que escapan, de manera significativa, al acontecer conciente de ambos, paciente y terapeuta.

Entonces el cambio estaría posibilitado en primera instancia por lo que el paciente desea trabajar y hacer por si mismo (esto considerando aquello que sabe o que no sabe de si mismo o aquello que lo impulsa a la transformación).

Pero aquí nos encontramos con otra dificultad teórica. Si el paciente no sabe que es lo que lo impulsa a cambiar y tampoco sabe en que momento llega a convertirse en lo que propiamente es. ¿Qué determina la conclusión de su cambio, transformación o cura en el proceso psicoterapéutico?

Volvemos entonces a lo que el procedimiento dialéctico nos puede entregar al respecto.
Como lo dialéctico se realiza desde una fenomenología acerca de lo observado, en este caso, del paciente, de sus procesos, este deja fuera de si cualquier prejuicio y dirección que pueda pretender dar el terapeuta. El proceso responde simplemente a lo que el paciente quiere para si. Esto se puede ver retratado en casos en que la persona posee ya una marcada individualidad y define su transformación como un costo excesivo para su personalidad (Jung, 2006), al terapeuta no le quedaría más que retirarse y no forzar una transformación o un cambio, así posibilita la apertura creativa al proceso de individuación.

Este proceso de cambio espontáneo y natural denominado por Jung como individuación es percibido por los pacientes por ejemplo como influjos de imágenes que surgen principalmente en el ámbito onírico de manera espontánea y la capacidad de restitución compensatoria entre lo conciente y lo inconsciente permite un conocimiento mas acabado de sí mismo abarcando su totalidad.

Por ello, la individuación desde este punto de vista resulta ser la tendencia innata de la psique para alcanzar la totalidad.



Bibliografía

-Jung C.G. (2006), La práctica de la psicoterapia, Cap. II consideraciones de principio acerca de la psicoterapia práctica, en obra completa Vol.16, Madrid: Trotta.

-Sassenfeld A. (2010) cátedra psicología clínica, “Perspectivas sobre el cambio en psicoterapia”, Universidad del pacifico, Santiago de Chile.

-Banderas, F. (2009) Cátedra psicología de la comunicación, “El campo Transformativo” en clase “El símbolo y Paradoja”. Universidad del Pacífico. Santiago de Chile.

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