Introducción

El blog tiene la intención de esparcir conocimiento en áreas como la psicología, espiritualidad y misticismo, la información tendrá como fuente autores relacionados con las temáticas anteriormente señaladas, ademas de mi propia autoria. La finalidad no es dar información o conocimiento que yá se conoce sino contribuir con el mismo según mi propio trabajo y reflexión ,por su misma naturaleza las palabras expresadas serán de un aliento hipotético, sin fin de absolutismos ni caracteres de verdades únicas.Que este blog contribuya no solo al autoconocimiento, sino a la reflexión de cada uno de los lectores, en planos tan altos como el espiritual hasta el tan cotidiano terrenal.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

C. G. Jung, la Sombra y Simbolización






El símbolo, desde una edad muy temprana sugiere una capacidad de haber evolucionado en nuestro proceso como seres humanos, el llegar a simbolizarnos en el entorno da un paso adelante para lo que mas tarde llamaremos creaciones de mundos.
Desde muy temprana edad el niño aprende a través de una percepción de una cosa y la actualización en respuesta de la misma. Así en las primeras etapas el aprendizaje del niño significa pensamiento = acción. Así cuando el niño es capaz de representar simbólicamente lo que conoce se produce el esquema de acción. .

Desde tiempos primitivos la necesidad de simbolización se ha visto plasmada en figuras de arte, mapas del contexto que rodea una sociedad y cultura hasta de la jerarquización y creencias de esta. Por que el símbolo sugiere una idea de identidad y por ende una representación.
Un constituyente de esta representación que ha seguido al ser humano desde sus inicios ha sido el lenguaje. El lenguaje se entiende como la manifestación del pensamiento, el cual a su vez busca reconocerse, manifestarse en el mundo “Los hombres hablan de si mismos hasta que llegan a conocerse a si mismos”, porque el lenguaje cristaliza y estabiliza la subjetividad que se haya en todo ser, es decir, posee la cualidad de la objetividad, por esto todo componente que se sienta ajeno a nosotros pero creados desde nosotros, puede adoptar un significado al ser manifestado y comprendido a través del lenguaje, así este es capaz de trascender la realidad de la vida cotidiana. Como por ejemplo, un sueño.
El sueño se presenta como un conjunto de signos y símbolos manifestados en una historia no temporal. Al darle un significado a través del pensamiento y siendo manifestado, hablado, a través del lenguaje, este adopta una significancia y por ende una interpretación para el individuo.
La capacidad de simbolización va a variar dependiendo del grado de complejizacion a nivel conceptual que la persona posea, es decir, mientras más abstracta sea la capacidad de representación que se posea mas estructura simbólica requerirá.
Esto va a ser muy importante al momento de querer crear y realizar cambios en nuestro entorno, en nuestra vida cotidiana. El poseer una estructura mental o de pensamiento más complejo supondrá tener que estar necesariamente dotado de más símbolos, por ello mientras mas complejo sea el pensamiento, más símbolos se obtendrán y en consecuencia una representación simbólica mas amplia.
¿Pero porque recalco una mayor capacidad de representación simbólica y una complejizacion del pensamiento? Si volvemos a lo planteado anteriormente sobre el lenguaje (creación simbólica) como manifestación del pensamiento, el poseer más elementos para representarnos en el medio, quiere decir que tendremos mayor capacidad para crear y para plasmar nuestra realidad, así nuestras necesidades se verán satisfechas con mayor facilidad y de mejor forma adoptando todas las formas posibles para su desarrollo y manifestación.







Llevándolo a un campo más explicito, por ejemplo: Un sujeto que sufre una perdida de un ser querido, lo mas corriente es que se mantenga un buen tiempo alejado de otros y encerrado en si mismo, autocompadeciéndose por la perdida y alejándose cada vez mas de su sentido de vida.
Si este sujeto tuviera una representación simbólica mas amplia y dotada de más elementos, tendría las herramientas necesarias para comprender y llevar a cabo una reflexión sobre su proceso, llevando la experiencia dolorosa desde una simple sensación a un volcamiento de esa energía a través del lenguaje que produciría un vaciamiento de la experiencia dolorosa, por que logró comprender su estado actual y el porque de ese dolor, pero al contrario, si ese sujeto posee una capacidad representacional simbólica limitada, puede que no encuentre las palabras necesarias que describan su experiencia, sensaciones y emociones y por ello una no reflexión.

C. G. Jung nos habla de que estas representaciones simbólicas adoptan ciertas imágenes que dan a conocer en donde se encuentra el aspecto conflictivo en un sujeto. Estas imágenes si bien son conceptualizaciones propias de cada sujeto y por lo tanto poseen un carácter subjetivo, estas están presentes en todos los individuos en tanto son parte de una colectividad inconsciente, es decir, hay elementos que se presentan en todos y cada uno de los seres humanos y que tienen el nombre de arquetipos. El carácter colectivo de los arquetipos no quiere decir que estos tengan el mismo significante, el significado es el mismo, pero el significante (representación subjetiva que da cada sujeto a una imagen) puede variar según la propia historia del individuo y que va a dotar a cierta imagen de una valoración conforme su propia experiencia de vida.
Por ejemplo, el arquetipo del padre, padre seria el significado, la imagen del padre adoptara un significante según la percepción que se tenga de él, si es una persona autoritaria, cerrada, y la que entrega un sentido de sobre protección, este será el significante del padre. Pero si el padre fue alguien flexible, cariñoso, siempre presente. Esta será el significante de padre que tenga el sujeto.
Así los arquetipos son múltiples y más aun los significantes que les damos a través de nuestra historia personal, según sean nuestras relaciones con las personas y con nuestras representaciones, definiremos nuestros arquetipos que nos darán ciertas pautas de pensamiento y comportamiento y por ende, de vivir en la vida cotidiana.

El arquetipo representa esencialmente un contenido inconsciente, que al consciencializarse y ser percibido cambia de acuerdo con cada conciencia individual en que surge.
Teniendo en cuenta esto podemos deducir que si el hacer consciente contenidos de lo inconsciente provoca cambios en nuestra percepción, más importante seria situar esos contenidos psíquicos en una imagen que nos permita trabajarla y experienciar con ella, permitiéndonos cultivar propiedades en nosotros que solo esa imagen de arquetipo nos puede dar. El arquetipo posee su propia fuerza, su propio poder de transformar nuestro pensamiento y configurar nuestra forma de percibir nuestra realidad, por ello, mientras mas arquetipos hayamos traído a nuestra conciencia mas elementos podremos utilizar para poder representarnos y realizar cambios tanto en nosotros como en nuestro entorno.
El símbolo que se va intensificando paulatinamente en el interior, provoca entender los contenidos que se encuentran encerrados en nuestro inconsciente, así nos encontramos con un nuevo concepto al que llama Jung. La sombra, es aquel contenido del inconsciente el cual no ha sido aceptado por el sujeto y fue llevado a lo mas profundo de la psiquis, para ser reprimido, en que a partir de ahí intenta manifestarse y dar signos de presencia.
Jung nos dice,

“Si uno está en situación de ver su propia sombra y soportar el saber que la tiene, sólo se ha cumplido una pequeña parte de la tarea; al menos se ha trascendido lo inconsciente personal, pero la sombra es una parte viviente de la personalidad y quiere entonces vivir de alguna forma. No es posible rechazarla ni esquivarla inofensivamente.” Capitulo I del libro “Arquetipos e Inconsciente Colectivo” C.G. Jung.

Pero el decidirse a enfrentar a la sombra es el primero de todos los pasos, el reconocerla nos sube un escalón sobre la gran escalera que significa llegar a conocernos, porque después de decidirnos, nos toca conocerla y con ello vernos tal como somos, luego de haber visto nuestro ser mas oscuro, del cual decidimos hacernos ciegos, tendremos que acercarnos a él y en vez de destruirlo tendremos que comenzar a acostumbrarnos a vivir con él, porque el enfrentar a la sombra no es destruirla, que también es un tipo de negación, sino ver que ella forma parte de nuestra personalidad, pero que ahora no se manifestara en actos fallidos que nos descolocan, o en proyecciones basadas en disminuir al otro. Será una amiga que permitirá fortalecer nuestra comunicación con nosotros mismos y nos dotara de una energía que antes no poseíamos, y que luego podremos utilizar para nuestro bienestar.

“Es verdad que la sombra es un angosto paso, una puerta estrecha, cuya penosa estrechez nadie que descienda a la fuente profunda puede evitar.”

Nos dice Jung, así el reconocimiento de la sombra no se puede pretender comprender de un momento a otro, de un trabajo de una semana, su conciencia se llevara a cabo durante un largo proceso de transformación del sujeto, conforme va acompañando la experiencia de la sombra en relación con su vida cotidiana y con aquellos que lo rodean. La sombra como justamente lo dice su nombre, aparecerá en todo momento en que haya luz, por ende no se puede pretender una vez solucionado un problema que la sombra no volverá a aparecer, ella se ajusta y se determina con múltiples experiencias que surgirán a lo largo de toda nuestra vida, puede que las trabajemos a todas, pero siempre existirá un rinconcito inexplorado de nuestra psiquis que permita que se alojen malestares y enojos con ciertos aspectos de nuestro ser, es por esto que la invitación que nos hace Jung a conocer nuestra propia sombra no es en una cierta etapa de nuestra vida, si no durante todo el desarrollo de ella.
Las personas en nuestras relaciones íntimas son múltiples, así también como las experiencias, por ello nuestras representaciones e imágenes cambiarán a través del tiempo, aceptando a unas, rechazando a otras o integrando a ambas.

Como dije anteriormente la propia naturaleza del mundo implica que exista luz y exista oscuridad. La fuerza de la sombra no sólo actúa negativamente sino también positivamente. Y es en este punto en que se debe dar real importancia al hablar de la sombra a los sujetos que tienden a percibir a lo oscuro o sombrío como un mal intocable. Pues la sombra nos puede dotar de muchos aspectos no reconocidos en el ser y por ello posee elementos que ni el propio individuo sabía que formaban parte de él.
Así es el caso de una creatividad impulsora que puede ser desarrollada y aprovechada al momento de aceptar esas reacciones que antes nos inhibían o incomodaban por no presentarse cuando nosotros lo deseábamos.


La sombra actúa como un canalizador de energías que si bien son dirigidas, el sujeto las puede aprovechar para volver esa fuerza a su bienestar y alcanzar metas para su propia voluntad. Al contrario, si son mal usadas o ni siquiera tomadas en cuenta, se desperdicia el contenido inconsciente y se vuelve un impedimento para el total desarrollo del individuo.
Así la psiquis busca inevitablemente dar a conocer al individuo estos elementos egoicos, buscando manifestarse en el exterior, una de las formas que nos dice Jung es a través de la proyección con la cual contenidos del inconsciente son asimilados con actitudes de los otros que nos representan. Para ayudar a esclarecer este punto, cito a Jung:

“El ser humano proyecta, en un mal anónimo que existe en el mundo exterior, todas las manifestaciones que salen de su sombra, porque tiene miedo de encontrar en sí mismo la verdadera fuente de toda desgracia. Todo lo que el ser humano rechaza pasa a su sombra que es la suma de todo lo que él no quiere, pero debe ocuparse en forma muy especial de estos aspectos, pues al rechazar en su interior un principio determinado, cada vez que lo encuentre en el mundo exterior desencadenará en él una reacción de repudio.” Capitulo I del libro “Arquetipos e Inconsciente Colectivo” C.G. Jung.

Teniendo en cuenta las palabras de Jung y volviendo al tema planteado sobre la simbolización, puedo deducir que el dar paso a la simbolización de las imágenes mantenidas en el inconsciente es un peldaño importantísimo a la hora de intentar comprender los elementos mantenidos en la sombra, ya el hecho de que Jung haya dotado de un nombre o mejor dicho, de un arquetipo a estos contenidos no deseados, significo reconocer con un símbolo a aquel rasgo y con ello pudo dar cuenta de que aspecto de la sombra estaba enfrentando. Así a depender de ese aspecto de la sombra es que se identificará en el otro y aquí es de real importancia que tan conciente es el sujeto de sus actos y pensamientos, si se diese cuenta de qué aspectos y actitudes le molestan de otras personas, puede ser el comienzo para llevar a la conciencia contenidos que debe trabajar en si mismo.

La fuerza que determinará los procesos y transformación de su personalidad será el poder de voluntad. El ser humano es quien decide avanzar o quedarse con aquello que aún sea indeseable, es “cómodo”, porque implica no pasar por la etapa del sufrimiento y el vació que provoca el desamarre de la sombra.

Es por esto que podemos tener presente, auque nos permitamos muchas veces vivir de la sombra, es lo que nos hace humanos, el mismo sufrimiento que nos despiertan las mismas necesidades para salir delante de nuestras sombras por muy oscuras que sean, luz y oscuridad en un mismo individuo, en forma conciente, es el motor que da iniciativa y fuerza de voluntad para seguir aprendiendo y desarrollándose en la vida.


Jung da un importantísimo avance en temática de comprender los procesos psíquicos y emocionales en el ser humano, pilares en su desarrollo, tanto intrínsecos como con los otros.
Los elementos con los que nos ha aportado Jung servirán para en un futuro adquirir más conocimiento sobre nosotros mismos, quienes somos los únicos que forjamos nuestra propia identidad, que tanto como nos disgusta, nos aporta contenidos trascendentales hasta para el mismo individuo que la posee y que muchas veces no reconoce. Por esto es tan importante conocerse a uno mismo, es el pilar para vivenciar nuestra vida tal y como deseamos, y más que deseo es la naturalidad misma del hombre perfeccionarse y sentirse cada vez más pleno consigo mismo. Para contribuir a desarrollar sus máximos potenciales e influir en su realidad cotidiana.
Es por esto que durante el trabajo he dado una vital importancia al símbolo y la capacidad de integrarlos en toda su capacidad en nuestra psiquis, porque es el comunicador entre nuestra alma y nuestra realidad.
Jung logró traer esos contenidos y plasmarlos en el lenguaje de los arquetipos, mas aún, tomo elementos que han sido desde mucho tiempo protagonistas en el mundo de lo desconocido y que muchos no se atreven aceptar, reconocer mas allá de la luz y lo deseable en el ser humano, excavar en los mismos territorios desconocidos y sacar a flote contenidos que el llamo La sombra.
A partir de estos conocimientos aportados por la psicología analítica, se podrán reconocer muchos mas aspectos del ser humano que estaban “guardados” y podremos contribuir entre todos a profundizar aun más en estos contenidos del inconsciente, porque si bien como ha dicho Jung no pertenecen solo a la esfera de lo individual, si no también a lo colectivo, por eso es de real importancia que las partes del todo contribuyan a su desarrollo, para que esta sombra que cada sociedad posee en si misma se vaya aclarando y saliendo a flote para el bienestar de todas las personas.

Cada persona posee su propia historia y valoración conforme va construyendo sus mundos y realidades, la sombra no es mas que una de esas creaciones, lo que el sujeto debe tener siempre presente y mas importante, debe ser conciente que el sustentador de sus propios miedos y barreras no es más que él mismo. El papel del terapeuta, entonces, (llevándolo a un campo más práctico en psicología) será, no solo el que escuche y consuele al que necesita ayuda, sino que tendrá un protagonismo activo en el proceso de redescubrimiento de los contenidos negados, el terapeuta, es el que dará el reconocimiento del aspecto escondido en las profundidades del inconsciente, dando una simbolización y caracterizándolo con un arquetipo en especifico, para tomarlo y trabajarlo con el paciente, para que él tome conciencia de cual es el conflicto que tiene con esa imagen, es decir, el terapeuta da las herramientas, es el mismo sujeto quien logra la comprensión del contenido y lo plasma en un símbolo, en este caso un arquetipo en particular.
Finalmente el sujeto logra identificarse con un arquetipo, reflexiona en él, le da su valoración y lo saca a flote, a la conciencia, la sombra deja de ser sombra y aparece en su personalidad, ya transformada y con nuevos elementos que contribuirán a su pleno desarrollo, sin cargas y negaciones, con una fuerza que reconoce, porque siempre fue suya.


Los símbolos, el lenguaje, los arquetipos y la sombra, fueron los principales conceptos utilizados en este ensayo, son los pilares del constructo que nos habla Jung en su libro “Arquetipos e Inconsciente Colectivo”. Y nos entregan nuevos conceptos y un nuevo lenguaje que se expande mas haya de lo micro llegando a contenidos que son adquiridos por todo un conjunto, un colectivo.
Si los arquetipos son mantenidos por el colectivo, ¿quien nos los entrega?, La universalidad, están en la naturalidad del ser humano, en su inconciente mas primitivo, son contenidos que han estado siempre con él.
Dirigiéndonos a este aspecto, pueden haber muchos mas arquetipos no descritos alrededor de la historia, esto quiere decir que conforme vallamos desarrollándonos en el transcurso de la vida, iremos cada vez adquiriendo mayores simbolizaciones y cada vez mas complejas, lo que le corresponderá no solo un arquetipo a cada persona, sino múltiples de estos dándole el carácter variante a su misma sombra.

Muchos autores han hablado de la luz y las potencialidades del humano, pero creo que también faltaba hacer valorar esa parte escondida de cada uno, que nos aporta de una energía antes desconocida y que por lo mismo, no constituye una no evolución, si no que es parte de esta, porque nos entrega esa mitad de nuestra esencia, y que si no la aceptamos, se vuelve en nuestra contra, cuando siempre nos quiso mostrar ese potencial, que cada uno de nosotros posee.


Bibliografía

C. G. Jung, “Arquetipos e Inconsciente Colectivo” Ed. Paidós Ibérica, 1991, Barcelona, España.