Introducción

El blog tiene la intención de esparcir conocimiento en áreas como la psicología, espiritualidad y misticismo, la información tendrá como fuente autores relacionados con las temáticas anteriormente señaladas, ademas de mi propia autoria. La finalidad no es dar información o conocimiento que yá se conoce sino contribuir con el mismo según mi propio trabajo y reflexión ,por su misma naturaleza las palabras expresadas serán de un aliento hipotético, sin fin de absolutismos ni caracteres de verdades únicas.Que este blog contribuya no solo al autoconocimiento, sino a la reflexión de cada uno de los lectores, en planos tan altos como el espiritual hasta el tan cotidiano terrenal.

lunes, 16 de junio de 2014

Cogitationes Et Confessionibus.



 Toda Obra implica un trabajo, y todo trabajo involucra dedicación, cuidado, voluntad y preparación. Es de especial interés para aquel que escribe algo, sea cual sea su temática, que aquello que escribe tiene algo de vital importancia que necesita ser expresado fuera de sí mismo. El ser expresado implica en ello sacar hacia afuera lo que estaba dentro, y con ello ponerlo a disposición de los otros. Podríamos casi decir que cuando alguien se encuentra con algo que es de una importancia vital, necesita ser manifestado y comunicado, casi como un sueño que causa consternación al soñante. Lo mismo me parece cuando se escribe un libro o se dibuja un pintura o se realiza cualquier trabajo creativo.
Me pregunté el para que escribir algo. ¿Por satisfacción personal? ¿o porque tenía algo importante que comunicar a los demás? ¿o porque quizás sentí estaba frente a una verdad de mi propia subjetividad y ello requería ser observada desde una mayor distancia, lo que me permite escribirla?. Esto nos lleva a la pregunta: ¿Porque el escritor necesitó escribir? ¿Porqué el escritor necesitó hacer su pintura?.
Estas preguntas me hicieron y me hacen preguntar acerca de ¿qué es lo que mueve a los seres humanos a hacer lo que hacen? Y ¿Porqué hacen cosas que a veces no quieren hacer? Y ¿Porqué no hacen aquello que quisieran hacer?. ¿Hay una instancia, algo que vive en el ser humano que ni siquiera el mismo conoce, pero que define su destino?.

Lo que sé es que como persona no siempre decido lo que me pasa, no decido tener un sueño, ni que me de hambre, ni enamorarme, esto solo me sucede, acontece, se me presenta, por ende debo aceptar que gran parte de mi vida no la dirijo a mi voluntad. Sin embargo también me doy cuenta que puedo elegir, que de aquello que se me presenta lo tome o no, en ello si tengo responsabilidad. Y entonces surge la pregunta de si un escritor es o se hace, y aquí entramos en un campo que el existencialismo se ha dedicado a explorar en profundidad y es acerca de lo que llaman esencia.

Aquello que a cada cual lo constituye y lo vuelve particular, lo hace ser uno mismo como diría Jung.
Al parecer, sea como sea, si la esencia viene a priori en una persona o si esta se hace en el acto sagrado de ser-en-el-mundo de Heidegger. Este parece ser de todas formas, un acto de autodescubrimiento.
Por experiencia al menos he constatado que quién vive sin consciencia de esto en su vida, al menos tratando de responderse algunas preguntas sobre su existencia, sufre las consecuencias de una psique enclaustrada en las preocupaciones de la vida cotidiana contemporánea, del automatismo de una vida seca, carente de sentido, donde la mayor preocupación es tener dinero, trabajo, una familia e hijos, y la pregunta del Para Qué nunca se ha planteado, solo se buscan estos fines “porque eso se dice que uno tiene que hacer y tener”. Con ello la persona vive hacia afuera y cercena una parte de sí misma, su profundidad, interioridad y las consecuencias de ello, muchas veces es la enfermedad.
Cuan crucial se hace pensarse a sí mismo y reflexionar al menos en algún grado sobre la propia existencia, sobre la vida, la muerte, sobre todo de esta última. El cuerpo que habito se torna algo más que un cuerpo cuando pienso sobre la muerte. Pasemos un día entero pensando en que en algún momento me voy a morir y viviré el día de manera distinta, mejor aún si vivo con la muerte en mi conciencia todos los días. Hacer este ejercicio es vivir con una conciencia expandida.



Con todo esto solo busco introducir al lector a la idea que sustenta mis motivaciones más profundas, producto de años (aunque no son muchos los que tengo actualmente) de reflexiones en torno al sentido de vivir. Con los años de estudio de distintas disciplinas espirituales, prácticas, ejercicio de la psicología, conversaciones con colegas, amigos, profesionales de distintas disciplinas y lecturas de textos esenciales de tradiciones herméticas, de escuelas iniciáticas, me he ido permeabilizando con una visión de la existencia, con un sentido de mayor trascendencia, entendiendo esto como el encuentro del propio sentido del para qué. ¿Para que vivo?. Hoy en día me respondo ello con la palabra que los alquimistas utilizan para denominar a aquello que está en constante cambio y perfección, la depuración. Mi existencia se justifica con el hecho de pensar en el sentido del desarrollo, constante e irrefrenable y paradógico proceso. Entendiendo desarrollo como un justamente proceso en tanto “algo” cambia su estado anterior, por uno nuevo, pero que no deja de ser él mismo, pero sí cambia o transfigura una parte de sí mismo. Si así lo entendemos, es imposible que alguien no esté en desarrollo a pesar de que su sensación en algún momento sea la de sentirse “estancado”. Aún así nos queda la posibilidad de ver ese estancamiento como parte del proceso de desarrollo que incluso si surge es porque en ese momento en que se encuentra, es necesario, pero no suficiente y esa incomodidad en ese estado pulsa a que el desarrollo necesariamente deba continuar. El conflicto muchas veces está en el cómo y es a esa conflictiva a la que se debe responder. “Tras mi mucho sufrir y gran martirio/he resucitado/transfigurado/y libre de toda mácula”- El resucitado. (Paracelso, en Jacobi, p.314).

Es la búsqueda de este sentido lo que a mí parecer debe ayudar la psicoterapia, no decir como un otro debe proseguir sino mas bien acompañar a un otro a responder a esas preguntas. Cuando digo responder a esas preguntas, no me refiero necesariamente a un proceso intelectual de reflexión; sabemos por sobre todo que la psicoterapia es un proceso que involucra al cuerpo, las emociones, la cognición y el estar en relación, pero que el cambio es un proceso afectivo en gran medida, y es desde esta perspectiva que el sentido toma importancia, no como proceso cognitivo solamente, sino como proceso biopsicoafectivo donde el sentido puede llamarse sensación de sentido, algo incluso no racional, pero que trae consigo una resolución a la tensión afectiva que se trataba en la psicoterapia, lo que muchas veces en primera instancia no involucra un entendimiento desde el pensamiento. ¿Pero cómo esa sensación de no tensión afectiva que se sentía con anterioridad puede ayudar a generar sentido a la experiencia?.
Ya hemos hablado sobre el proceso de desarrollo como motor que da sentido a la existencia . Justamente la sensación de que “puedo seguir desarrollándome”, trae sentido a la existencia. Visto de este modo la sensación de que puedo continuar siendo, abre la posibilidad a seguir experienciando-me y experienciando-los y esto abre la posibilidad a muchas opciones más, de Ser-en-el-mundo.
Lo que digo en este momento es que el poder abrir el campo experiencial que fomenta en la vida un buen y adecuado desarrollo y expresión en el mundo trae sanación. Esto está sustentada en la idea alquimista de que el fundamento de una vida sana es aquella que sigue los preceptos de la naturaleza y se esfuerza por perfeccionarla. La vida en la naturaleza se abre paso al desarrollo. Y este es cambios, ciclos y aquello que está en constante cambio, está vivo. La psicoterapia aboga por la vida. La psicoterapia es hermana de la naturaleza. Igne Natura Renovatur Integra.


Ningún Arte nos es dado por Dios que no lleve en sí la necesidad de su perfección.” (Paracelso, en Jacobi, 2007, p. 170)

Referencias

-Jacobi, J. (2007) Textos esenciales. Paracelso. Edit. Siruela. Madrid: España.

miércoles, 19 de marzo de 2014

El cuento: El niño afortunado, una visión analítica junguiana.


El niño afortunado*

Basado en un cuento ruso, comienza con la profecía que anunciaba que el séptimo hijo de un hombre, que a su vez sea séptimo hijo de otro, destronaría al rey, por lo que este rey y su canciller buscaron a la familia del niño y prometieron cuidar de él en la corte. Al aceptar la familia por las buenas, el rey arrojó al niño a un barranco, pero el niño no sufrió ningún daño y fue criado por un panadero. Cuando se convirtió en hombre, el rey llegó al lugar y al descubrir que no murió, hizo llevar al joven a la corte, dándole una carta sellada por él, sin saber el joven que en ella estaba la orden de matar al portador. En su camino hacia la corte cae dentro de un escondite de ladrones donde conoce a uno; que después de dormirlo con engaños; lee la carta y compadeciéndose de él cambia el contenido por la orden de que al portador se le ofrezca la mano de la princesa. Al despertar el joven afortunado se encontraba en la puertas del castillo donde entrego la carta y se cumplió la orden del rey; el rey al llegar a la corte se sorprendió por lo ocurrido y condicionó su aprobación, siempre y cuando el joven consiguiera la pluma dorada del Grifo (un tipo de monstruo que asolaba el reino), en su búsqueda del Grifo, el “niño afortunado” llega a un lago donde se encontraba una isla refugio y escondite del Grifo, para llegar a ella había un barquero con una maldición de llevar por siempre de orilla a orilla a todo viajero que llegase. Así Afortunado llega a la isla y con la ayuda del mismo ladrón que modificó la carta que en ese momento se hallaba prisionero en la cueva del Grifo, logra hacerce con la pluma dorada gracias a la habilidad del ladrón de cocinar muy bien para el grifo. Al regresar a la corte con la pluma; además de joyas que había tomado de la isla, el rey sorprendido le dio su bendición; sin embargo su ambición motivo al rey a ir donde el Grifo, y al intentar cruzar el lago, apresura al barquero, quien le ofrece el remo para que remara por el mismo, pasándole así la maldición de remar por siempre y prestar navegación a todo viajero que pidiese su ayuda.
Ahora, si volvemos al origen del cuento podemos recordar que el niño afortunado es arrancado de su familia por el rey, lo que en un principio señala el corte de la persona de lo colectivo, por una fuerza que es independiente de su voluntad. (Podría ser sinónimo de un síntoma que nos aqueja sin que nosotros le encontremos razón conciente de su existencia), es una preparación para el camino analítico a punto de comenzar. El rey por su parte, es la contraposición del niño afortunado, aquel que querría arrebatarle la vida pues su propia existencia se veía amenazada, el rey es su sombra.
Así el rey llega junto a un altísimo risco que da a las rocas y al mar, en donde lanza a su compañero que mantenía en brazos al bebe afortunado. La persona, simbolizado por este bebe o una personalidad no madura que nunca se ha enfrentado a lo inconsciente, cae en la obscuridad de una cueva, pero a diferencia del hombre que cayo junto con él no murió, ni fue devorado por el grifo, sobrevivió. La persona con la entrada a su inconsciente, se va despojando poco a poco de complejos que lo han acompañado hasta el momento previo al momento de la terapia, complejos o dificultades de características más superficiales. Recordemos que aquel que fue devorado por el grifo era solo un sirviente del rey, una pequeña parte de la sombra.
Ahora dado que el rey daba por muerto al bebe al caer, pareciese que la propia personalidad del sujeto hubiese estado en pausa por años, esperando, luego de la noche oscura del alma poder renacer y aparecer a la consciencia nuevamente, ya madura, habiendo pasado ya por la experiencia con el abismo de lo inconsciente y de sus demonios (el grifo o guardian del umbral).
Ya maduro, el joven es adoptado por una familia de una mujer (madre sustituta) y un padre (también sustituto) el cual ejerce como panadero, el pan surge como símbolo del cuerpo del christos, un renacimiento.
Pero entonces justo aparece el rey con otros acompañantes, la sombra reaparece junto con otros complejos esta vez mas decidido, aspectos más profundos a lo anterior que pugnan por derrocar al yo.
La carta escrita por el rey la cual el joven debe entregar en el castillo, aparece en apariencia como símbolo en cuanto busca reconectar al yo con fuerzas superiores (el castillo) e instintivas y hacerse con el poder. En esto si el joven hubiese llegado al castillo hubiese sido asesinado. El yo habiendo llegado a conocer esa fuerza, ese poder que lo sobrepasaba, corre el riesgo de identificarse con ese arquetipo de lo poderoso con la consecuente inflación.
El yo no estaba preparado para tal enfrentamiento, no estaba maduro.
Por ello que el joven en el camino hacia el castillo cae (sino necesariamente) en un hoyo. La vuelta hacia su inconsciente y el conocimiento con un ladrón, al que reconocemos como imagen de fuerzas instintivas, el trickster o el loco quien compadeciéndose del joven afortunado, o del yo. con su sabiduría intuitiva, transforma esta carta, o el símbolo que le otorga al yo una adecuada asimiliación con su libido, energía y poder reconociendo su voluntad transformadora de si mismo. El joven ahora ya preparado, pero inconsciente aun de sus oportunidades que le esperaban en el castillo (ignorancia del yo frente a elementos inconscientes colectivos o destino) ingresa en él y conoce a la que luego seria su esposa, la hija del rey.
El yo reconoce a su ánima, anteriormente inconsciente de su existencia y que como hija del rey, antes formaba parte de su sombra, pero que sin embargo como conocemos desde la psicología analítica, es esta ánima la que posibilita la conexión entre la conciencia y lo inconsciente, por ende nuestro personaje se ve empujado a iniciar tal aventura en búsqueda del grifo y la pluma de oro, motivado por el encuentro con la amada, su propia ánima o desde la filosofía con la Sapientia o Sophia.

Recordemos la alegoría de la pluma de oro, el oro como símbolo claramente alquimico, representando aquí la perfección del metal, el encuentro con el sí mismo.

Ahora el joven afortunado debe ir a buscar la pluma dorada para poder unirse a ella, (la sagrada boda alquímica de los elementos) arrancada del grifo.
El yo se dispone a entrar a la cueva del grifo. Nuevamente el yo se dispone, ahora consciente de los riesgos, a ingresar a lo inconciente, pero ahora de manera voluntaria
En su camino, se encuentra con el barquero. El que le permite llegar mas profundo de su inconsciente y hacerse con contenidos más complejos. El barquero hace papel del viejo sabio que ahora permite a la consciencia comunicarse mas limpia y seguidamente con lo inconsciente. Llevando al muchacho hasta la misma cueva del grifo.
Ahí con ayuda del ladrón, mismo arquetipo del bufón y fuerzas instintivas e intuitivas vistas con anterioridad ahora asimilado a la consciencia, hace uso de su conocimiento acerca del grifo, o del trato con lo inconsciente y logra arrancarle al grifo la tan apreciada pluma de oro.
El oro como símbolo de lo perfectible, también permite hacer la analogía con el niño filosófico de los alquimistas, el reconocimiento del aspecto divino en el hombre, el sí mismo.
Ahora el joven, además posee la facultad de conocer y comprender la maldición del barquero, es decir, encuentra sentido a la vida y se hace poseedor de la clave para la liberación del barquero, con lo cual se hace poseedor del símbolo de lo psicopompo para ir y venir a voluntad de la conciencia a lo inconsciente.


Este cuento, así como muchos otros, dan cuenta de un desarrollo de la personalidad a través de lo simbólico. De esta forma, lo expuesto en esta interpretación queda restringida a las analogías establecidas por quién escribe, de modo de encontrar ciertos paralelos en la sabiduría de los cuentos tradicionales como una guía en la comprensión de la dinámica de la psique.

Claro está, que las interpretaciones siempre serán esto, desde el ojo detrás de la lectura de quién interpreta. Una formación de lo inconsciente, como un sueño, un cuento, una pintura, entre otras manifestaciones siempre irán dos o tres pasos por delante de la interpretación, que como bien sabemos está sujeta a la persona que percibe y al proceso colectivo o cultural en que está inmerso. No es lo mismo comprender un símbolo en nuestra época actual, que el mismo símbolo 10 o 50 años mas tarde, esto se debe a la cualidad compensatoria a la época que puede hallarse en los símbolos con respecto a la conciencia contemporánea.

Según el cuento, invitado/a está a interpretar libremente el titulo del cuento, este ya es un símbolo en sí mismo.

*Imagen y cuento extraido de la serie de cuentos de la serie televisiva "El cuentacuentos" de Jim Henson's

miércoles, 29 de enero de 2014

Resumen, El Árbol de la Vida Kabalistico



Todos los datos que hemos visto hasta ahora nos han ido revelando un conocimiento continuo hacia un mayor nivel de complejidad y conciencia.

En la Kabbalah cada Sephirah incluye a la anterior y la trasciende; cada esfera no puede existir por sí sola, necesita de la anterior y la que está superior a ella, de esta forma podemos entender el Árbol de la Vida como una totalidad.

Dentro de la psicología tiene especial relevancia la posibilidad del ser humano, su capacidad de poder desarrollarse y poder evolucionar a través de su continua expansión de conciencia, junto a esto, si sumamos el aporte del esoterismo y el ocultismo que nos otorga el ejercicio práctico del recorrido por los senderos del árbol de la vida la cual toma como motor, la Voluntad del hombre, pues solo depende de su propia individualidad poder recorrer los distintos senderos de la vida y experienciar con ello lo que cada esfera le puede llegar a atribuir para su vida cotidiana. Se reiteran virtudes como la voluntad, la intuición, la osadía, el sentimiento como amor para un propio desarrollo y por supuesto, la salud como una manifestación de un buen y sano desenvolvimiento en todos los planos de existencia que en el hombre subyacen tan inconscientemente, sus realidades, a veces tan escondidas como su propia y olvidada sombra.


En Resumen:

1. Kether: Energía inmanifestada

2. Chokmah: Expresión de la energía cósmica pero sin forma.

3. Binah: La energía cósmica se descarga en un estado (pero no en una cosa), fuerza en movimiento que puede alcanzar cierta movilidad.

4. Chesed: Tomando la materia existente es capaz de representar la realidad inmediata en imágenes a través de la imaginación.

5. Gueburah: Nos impulsa a la liberación de viejos esquemas mentales.

6. Tiphareth: el espíritu logra descender y encarnarse.

7. Netzach: el espíritu entra en el mundo de la ilusión, y lo proyecta por medio de pensamientos.

8. Yesod: toma todas las partículas que han descendido de los niveles más sutiles (pensamientos y emociones) y las reviste de materia etérica.

9. Malkuth: densifica la materia etérica de Yesod. Representa el mundo tangible.

Con esto podríamos decir que Kether, Binah, Chokmah, Gueburah, Chesed y Tiphareth pertenecen al mundo arquetípico, a los conceptos que se forman de este mundo, representando al yo superior. Paralelamente en la sabiduría perenne pertenecen a Sat, Chit, Ananda y la Supramente.

Estos planos por el cual transitamos ya sea de forma conciente o inconscientemente, se pueden comparar con los Sephiroth ya que tienen una base esquemática y un entendimiento de la formación del cosmos y de la evolución que puede alcanzar la conciencia.