Introducción

El blog tiene la intención de esparcir conocimiento en áreas como la psicología, espiritualidad y misticismo, la información tendrá como fuente autores relacionados con las temáticas anteriormente señaladas, ademas de mi propia autoria. La finalidad no es dar información o conocimiento que yá se conoce sino contribuir con el mismo según mi propio trabajo y reflexión ,por su misma naturaleza las palabras expresadas serán de un aliento hipotético, sin fin de absolutismos ni caracteres de verdades únicas.Que este blog contribuya no solo al autoconocimiento, sino a la reflexión de cada uno de los lectores, en planos tan altos como el espiritual hasta el tan cotidiano terrenal.

viernes, 7 de octubre de 2011

MEDITACIÓN E IMAGINACIÓN – ALQUIMIA Y PSICOLOGÍA




Para hacer un acercamiento a la influencia de la imaginación en el proceso psicoterapéutico, nos hemos tomado de la actividad de la meditación y como es que confluye con el proceso de imaginar.

Podemos hacer un paralelo que es clave en este principio entre la alquimia y la psicología, ambas actividades del hombre como un intento de acercarse a lo divino o en palabras contemporáneas, ayudar a promover el proceso de sanación en el individuo que se vive desde estas dos perspectivas (alquimia y psicología transpersonal) como una transformación, un cambio o transmutación de las sustancias que es por correlación, las actitudes, emociones, pensamientos o contenidos psíquicos del paciente.

Para comenzar, partiremos con acercamientos sobre la meditación:

Ruland (1612) en su Lexicón alchimiae, respecto a la meditación nos dice: “La palabra Meditatio se usa cuando se mantiene un diálogo íntimo con alguien que, sin embargo, es invisible; como también, mediante invocación, con Dios, o consigo mismo o con sus ángeles buenos”. (Ruland citado en Jung,1989, p.183)

Cuando los alquimistas hablan de la meditatio, no se refieren simplemente a una reflexión, sino mas bien dicho, a un diálogo interior (Jung, 1989). Desde esta perspectiva, entenderemos que la meditación era una técnica empleada para fortalecer un vínculo, un diálogo en particular con una determinada voz, de ese “otro” otro que desde el ámbito de la psicología correspondería al inconsciente.
La función principal de establecer este diálogo, es poder fortalecer, como dijimos anteriormente, el traspaso de ciertos contenidos desde lo in-manifestado a lo manifestado, o desde un contexto psíquico, desde lo inconsciente a la conciencia.

Por tanto, desde un punto de vista alquimista, meditar significa que mediante un diálogo con Dios, llega todavía más espíritu a la piedra, que se espiritualiza, volatiliza o sublima todavía más.

Es decir, que el meditar permitirá un conocimiento más acabado de nosotros mismos, esto es posible porque la meditación ayuda a la profundización en contenidos que en estado de vigilia o de conciencia ordinaria, no nos es posible acceder y por ende, se encuentran sepultados de nuestro alcance y poner atención en ellos en este estado “ordinario” resulta casi imposible.

Por ello que se hable en términos simbólicos que el descubrimiento de estos contenidos es como espiritualizarlos, es en analogía, iluminarlos por la conciencia, hacerlos asequibles a la exploración y reeditación e inclusive contrastarlos con la realidad, en verificación si aquello que nosotros recordamos como experiencias, son en realidad hechos factibles y no resignificados por la propia psique del observador, en este caso, del paciente.

Desde lo anteriormente dicho, la meditación desde la cual hablamos, mantiene una diferencia con aquella practicada por tradiciones orientales, en donde la meditación resulta un cese del pensamiento, un logro de poder suprimir, o mejor dicho, dejar ir cualquier tipo de influencia de la mente, llegar a un vacío.

Lo que aquí se propone es un trabajo, también llamado por los alquimistas como meditación, como un trabajo en donde el pensamiento se pone en movimiento, pero no desordenado, sino en función de alcanzar estados mas profundos y concentrados de atención sobre un contenido especifico, de modo de establecer un diálogo con lo interior, lo que será desarrollado en las próximas páginas.

«Estudia, medita, suda, trabaja, cuece…todo esto. Así se te abrirá un flujo salvador, que brota del corazón del hijo del Gran Mundo», un agua «que el hijo del Gran Mundo nos da, y que mana de su cuerpo y de su corazón como una verdadera Aqua Vitae…» (Khunrath en Jung,1989, p. 184).

Ahora, en tanto el papel que juega la imaginatio en el diálogo con nuestro inconsciente, (lo cual, como se comprenderá desde la psicología profunda, este proceso es fundamental en el entendimiento de ciertos procesos anímicos) juega un papel protagónico en el desenvolvimiento psicoterapéutico hacer uso justo de su introducción, esto porque desde la psicología la imaginación como técnica abre procesos -como se indicaba en el apartado anterior-que son fundamentales para acceder a información, ya sea verbal o no verbal, que nos dirigirá a adoptar una actitud diferente frente a nuestra vida y a la percepción que tengamos de las cosas, personas y de la interrelación que establezcamos con ellas.

Esta imaginación o imaginatio, permitirá posicionarnos desde una perspectiva más abierta, flexible, y creativa frente a los contextos que surgen en la cotidianidad, de modo que, frente a la rigidización de posturas cognitivas (auto relatos), posturales (el cuerpo como correlato anímico) y emocionales (capacidad de experimentar mayor espectro de emociones) la imaginación posibilita la apertura espontánea a formas análogas de ser en el mundo, quitándole protagonismo y fuerza a esas pautas rígidas de comportamiento, logrando situarnos en el lugar que anteriormente no nos atrevíamos a ocupar, (por ejemplo, imaginarnos siendo jefes o discípulos, siendo hijos frente a los padres o como padres frente a los hijos).

Esta posibilidad que nos entrega la imaginación abre a un conjunto de roles no experimentados, por lo tanto, también podremos decir que, permite fortalecer la empatía con otro, al permitirnos ponernos – literalmente- en su lugar y desde ahí permitirnos vivenciar emocional, cognitiva y corporalmente su Ser y su contexto.

Pero cabe preguntarnos, ¿donde queda el ámbito espiritual del cual tanto nos habla la psicología transpersonal?

Para responder a esta pregunta, remitimos nuevamente al papel de la imaginatio en la alquimia y principalmente a Ruland:

«La imaginación es el astro que hay dentro del ser humano, el cuerpo celeste o supraceleste». (Jung,1989,p.185)

Frente a tan importantísima afirmación, no podemos pretender disminuir la imaginación a una mera actividad fantástica, carente de significado o de repercusión en la vida física de nuestro cuerpo y emociones o como mera actividad cerebral o cognitiva.

Recordemos que la actividad de lo inconsciente como tal, su naturaleza, es desconocida y por tanto la forma que tiene la psique de intentar manifestar aquellos contenidos es a través de la proyección en objetos materiales, por tanto, el inconsciente en cuanto se activa comienza a establecer relación con el hombre, “desde afuera”.

De aquí la importancia que en el trabajo realizado por el alquimista o de cualquier sujeto que emprenda una tarea de transformación interior (por ejemplo la psicoterapia), la imaginación es también una actividad física, Jung dirá una suerte de híbrido físico-espiritual.

La imaginación es una suerte de conjunción de fuerzas corporales – espirituales, en donde, no podemos dejar de lado la actividad del alma en el hombre, este astro, que pone en marcha la comunicación con facultades interiores en el hombre la hace ser una propiedad divina, que por tanto la posibilita a ir a lugares fuera de la naturaleza del espacio y tiempo y del mismo cuerpo que la habita. Podríamos decir que la imaginación como facultad del alma nos permite hacer cosas que ni siquiera el cuerpo puede abarcar.

Así desde una perspectiva transpersonal, nos parece adecuado leer a Jung cuando propone que: “Cierto que lo que el alma imagina acontece solo en el espíritu; pero lo que Dios imagina sucede en realidad.” (Jung, 1989, p.187)

Para resumir diríamos que a través de la imaginación, “…Puedes comprender lo más grande, pues te hemos abierto las puertas”.(Jung, 1989, p.188)


Referencias

- Jung, C. G. (1989). Psicología y Alquimia: Meditación e Imaginación. Pags. 183 - 188 Traducción de Ángel Sabrido. Plaza & Janes Editores, S.A. E-Book