Introducción

El blog tiene la intención de esparcir conocimiento en áreas como la psicología, espiritualidad y misticismo, la información tendrá como fuente autores relacionados con las temáticas anteriormente señaladas, ademas de mi propia autoria. La finalidad no es dar información o conocimiento que yá se conoce sino contribuir con el mismo según mi propio trabajo y reflexión ,por su misma naturaleza las palabras expresadas serán de un aliento hipotético, sin fin de absolutismos ni caracteres de verdades únicas.Que este blog contribuya no solo al autoconocimiento, sino a la reflexión de cada uno de los lectores, en planos tan altos como el espiritual hasta el tan cotidiano terrenal.

sábado, 24 de marzo de 2012

Continuación..."El papel del Símbolo en la Vida Anímica" - El Arquetipo Junguiano


Estas imágenes si bien son conceptualizaciones propias de cada sujeto y por lo tanto poseen un carácter subjetivo, están presentes en todos los individuos en tanto son parte de una colectividad inconsciente, es decir, hay elementos que se presentan en todos y cada uno de los seres humanos y es lo que Jung (1970) denomina como Imágenes Primordiales. Al respecto, estas complicaciones surgidas a este nivel, ya no solo competen al individuo, sino también al resto de los sujetos. Y no solo en el ámbito familiar o de amistades, sino inclusive al papel jugado en la propia sociedad.

Estas imágenes colectivas provienen de estratos más profundos de la psique colectiva e inconsciente, es lo que Jung denomina como arquetipos.

“Puesto que todo lo psíquico es preformado, también lo son sus funciones particulares, en especial aquellas que provienen directamente de predisposiciones inconscientes…En los productos de la fantasía se hacen visibles las “imágenes primordiales” y es aquí donde encuentra su aplicación específica el concepto de arquetipo” (Jung, 1970, P. 73)

El carácter colectivo de los arquetipos no quiere decir que estos representen lo mismo para un conjunto de individuos, el arquetipo es el mismo, pero el significado para cada imagen arquetípica (representación subjetiva que cada sujeto posee) puede variar según la propia historia del individuo y que va a dotar a cierta imagen, una valoración conforme su propia experiencia de vida. Así entenderemos que los símbolos que encarnan estos arquetipos, se llaman arquetípicos (Carrasco, 2007, P.81).

Por ejemplo, el arquetipo paterno; padre seria el arquetipo, este arquetipo adoptará un significado según la percepción que se tenga del propio padre en la historia individual, si es una persona autoritaria, cerrada, y la que entrega un sentido de sobre protección, esta será la percepción del padre. Pero si el padre fue alguien flexible, cariñoso, siempre presente, este será el significado de padre que tenga el sujeto.
Así los arquetipos son múltiples y mas aún los significados que les damos a través de nuestra historia personal. Según sean nuestros vínculos con las personas y con nuestras representaciones, definiremos nuestras imágenes arquetípicas que nos darán ciertas pautas de pensamiento, de emocionarnos, de relacionarnos, comportarnos y por ende, de vivir en la vida cotidiana.

Jung (1970) refiere que el arquetipo representará esencialmente un contenido inconsciente, que al hacerse consciente y ser percibido cambia de acuerdo con cada conciencia individual en que surge. Por ello, si el hacer consciente contenidos de lo inconsciente provoca cambios en nuestra percepción, más importante seria situar esos contenidos psíquicos en una imagen que nos permita trabajarla y experienciar con ella, permitiéndonos cultivar propiedades en nosotros que solo esa imagen arquetípica nos puede dar.
La imagen arquetípica posee su propia fuerza, su propio poder de transformar nuestro pensamiento y configurar nuestra forma de percibir nuestra realidad, por ello, mientras mas representaciones arquetípicas hayamos traído a nuestra conciencia mas elementos podremos utilizar para poder representarnos y realizar cambios tanto en nosotros como en nuestro entorno.

“El arquetipo es un elemento formal, en sí vacío, una facultas praeformandi, una posibilidad dada a priori de la forma de la representación.” (Jung, 1970, P. 74)

Desde esta perspectiva, entendiendo el concepto de arquetipo como es definido por Jung como un elemento vació, este arquetipo solo es vacío en tanto figura primordial está más allá del concepto o capacidad de conocerlo directamente por el ser humano, solo, como dijimos anteriormente, en cuanto este sea conciente y por tanto una imagen arquetípica.

“Para que se pueda demostrar que una imagen primordial está determinada en cuanto a su contenido es necesario que esa imagen sea conciente, o sea, que ya este llena de material provisto por la experiencia conciente.” (Jung, 1970, P. 74)

Es la imagen arquetípica, la representación que nos hacemos de cada arquetipo al cual si podemos acceder y él como representación tal, tiende a ser dividida en polaridades por la actitud conciente, en el bien y el mal, bonito - feo, blanco - negro, emoción – pensamiento, etc. Pero que a través de un símbolo, estas polaridades adoptan una identidad no contradictoria o una entidad paradójica. (Carrasco, 2007)

Por lo tanto cuando hablemos de la concepción que nos aporta Jung del arquetipo, esta será contemplada desde esta perspectiva, como una concepción existencial de lo arquetípico, en tanto arquetipo como una conjunción de polaridades, es decir no es lo uno ni lo otro, es ambos en un mismo ser.
Este mismo concepto lo podemos encontrar además en la energía libidinal; “ya que los símbolos, hacen referencias a procesos energéticos, es de esperar que estos símbolos sean ambiguos o paradójicos.” (Carrasco, 2007, P. 81) y además, “Es mas aconsejable, por tanto, al hablar de la libido, concebirla como un valor-energía, capaz de comunicarse a cualquier área de actividad, sea poder, hambre, odio, sexualidad, religión, sin ser ella misma un instinto especifico”. (Jung en Carrasco, 2007, P. 81)


Referencias:

-Carrasco, A. “La interpretación simbólica del mito”. En “Aportes en psicología Clínica analitica Junguiana.” Volumen I, año 2007, universidad Adolfo Ibañez. Santiago, Chile.

-Jung, C.G. (1970) “Arquetipos e Inconsciente Colectivo” [Ebook]. Barcelona: Paidós

domingo, 18 de marzo de 2012

El Papel del Símbolo En La Vida Anímica.


El símbolo es una forma o imagen, que intenta expresar la unión entre dos polaridades, que en apariencia, son contradictorias. La postura que Jung adopta al respecto del símbolo es una suerte de dialéctica; tesis, antitesis y síntesis. (Porre, M. 2009)
La actitud conciente, o la elección de los contenidos a partir de la voluntad del sujeto o de su atención hacia sí mismo o el mundo exterior, va poco a poco configurando una actitud de la conciencia con preferencia hacia ciertos objetos( ya sean intra o extra psiquicos), por ende, la conciencia mantiene la responsabilidad de poder iluminar algunos sectores de la psique y dejar sepultados otros, de esta manera, todo aquello que se aleja de lo deseado por el yo, es relegado, oculto o ensombrecido y la psiquis queda de alguna u otra forma dividida, segmentada.
Esta actitud unilateral adoptada, implica que en el otro lado de la psique, es decir, en lo inconsciente, se constelen otros contenidos, que al contrario a la conciencia, resultan ser su opuesto.
Por lo tanto muchas veces, el material inconsciente, suele presentarse como antitesis, de una tesis construida por la conciencia y con los cuales (los contenidos) el personaje se encuentra muy a gusto con sus elecciones, pero que en el fondo, en la otra cara de la moneda, su contraparte se mantiene proporcional al volumen de crecimiento de la misma.
En palabras de Jung: “Como es sabido, según la concepción freudiana los contenidos del inconsciente se limitan a tendencias infantiles, que son reprimidas a causa de su incompatibilidad (…) El inconsciente tiene también otro aspecto: en él han de incluirse no solo los contenidos reprimidos, sino además todo aquel material psíquico que no alcanza el umbral de la conciencia”. (Jung, 1990, p.15)

Pero como nos dirá Jung (1990), la psique busca constantemente lograr alcanzar este equilibrio psíquico, alcanzar una totalidad o una completitud y que por lo tanto no basta con la mera actitud de la conciencia; requiere y es de suma importancia para la salud física, emocional y psíquica, la complementariedad con lo inconsciente.
Esta conexión entre polaridades o entre estas dos actitudes, una por una parte conciente o volitiva y otra inconsciente, instintiva o automática, tienden por acción de la psique a encontrarse en algún punto.
Este punto es graficado o es inducido por otra característica de la psique inconsciente, que como dijimos anteriormente, es la capacidad de generar símbolos, (Banderas, F. 2011) como resultado de una síntesis, una suerte de unión de opuestos.

Diremos al respecto que los símbolos poseen la característica de ser de naturaleza paradójica, pues resumen en sí mismos ambas naturalezas distintas, (en apariencia) pero complementarias.
Esta capacidad de generar símbolos, va a variar dependiendo del grado de conciencia que la persona posea, es decir, mientras más autoconsciente sea el sujeto, mientras mas conciencia tome de sí en tanto mayor medida desaparece ese estrato inconsciente, lo retrata Jung (1990) y la capacidad de adquirir imágenes o representaciones se pondrá al servicio de alcanzar esa totalidad.
Esto va a ser muy importante al momento de querer crear y realizar cambios en nuestro entorno, en nuestra vida cotidiana. El poseer una estructura mental o de pensamiento más complejo supondrá tener que estar necesariamente dotado de más símbolos (mayor capacidad de recordar los sueños o permitirse tolerar cierta frustración anímica por ejemplo), por ello mientras mas complejo sea la capacidad de representar, más símbolos se obtendrán (en la conciencia) y en consecuencia una representación simbólica mas amplia (Banderas, F. 2011).
C. G. Jung (1970) nos habla de que estas representaciones simbólicas adoptan ciertas imágenes que dan a conocer en donde se encuentra el aspecto conflictivo en un sujeto o dicho de otra manera, expresan aquellos contenidos que han sido relegados de la conciencia.
Estos pueden ser motivos individuales que aparecen en los sueños o significados de situaciones cotidianas que hemos pasado por alto o movimientos emocionales a los cuales no les hemos prestado la atención suficiente o a ciertos afectos que hemos decidido omitir.
Al ir tomando conciencia de estos motivos, nuestra conciencia comienza a ampliarse y ya deja de ser un sujeto sensible, egoísta y temeroso de que no se cumplan sus deseos y ambiciones personales y que ha estado siendo compensado por lo inconsciente.

Ahora conciente de sus propios deseos y motivaciones, va acercándose cada vez mas al mundo, a los objetos tal cual son y alejado de sus propias proyecciones en los otros comienza en una incondicional y obligatoria comunidad con el mundo.(Jung, 1990).


Referencias:

-Banderas G., Felipe. Humanismo Simbólico, Técnica del Relato Mítico. Presentación en Power Point, Cátedra Psicoterapia Humanista y Transpersonal. Universidad del Pacifico. Santiago – Chile. 2011.

-Jung, C.G. (1970).Arquetipos e Inconsciente Colectivo. [Ebook] Barcelona: Paidós.

-Jung, C.G.(1990) .Las relaciones entre el Yo y el inconsciente. Buenos Aires, Argentina: Paidós.

- Porre, M. (2009) Cátedra seminario Sintesis I “Presentación vida y obra Carl G. Jung” Universidad del Pácifico, Santiago – Chile.

sábado, 17 de marzo de 2012

El Símbolo y la Psique


El símbolo, desde una edad muy temprana sugiere una capacidad de haber evolucionado en nuestro proceso como seres humanos, el llegar a simbolizarnos en el entorno da un paso adelante para lo que mas tarde llamaremos creaciones de mundos (o realidades).

Desde tiempos primitivos esta necesidad de simbolización se ha visto plasmada en figuras de arte, mapas del contexto que rodea una sociedad, una cultura, hasta de la jerarquización y creencias religiosas.
Estas necesidades, pensamos, desde un punto de vista natural, deben tener una causa, un origen, que motive el movimiento hacia la búsqueda y la complejización de ciertos elementos constitutivos en el hombre.
Estas necesidades, básicamente son actividades; “La necesidad puede tener su origen en un estímulo interior o en un estimulo exterior que pongan psíquicamente en acción el mecanismo del impulso” (Jung, 1985 Pg. 254), es decir, una búsqueda de satisfacción del deseo en lo externo.
Por lo tanto el impulso será todo acto que este puesto en acción por motivaciones extrapsíquicas u orgánicas y que no esté determinada por la propia voluntad interior.
Desde este punto de vista, Jung (1985) refería como instintivo todo aquello que este motivado por energías que no corresponden a la conciencia, sino más bien, a lo inconsciente.

Esta energía proveniente de los estratos inconscientes y de los cuales la conciencia no tiene un papel protagónico en su expresión, es lo que Freud denominó en un comienzo como energía libidinal, claro, que en este contexto, esta libido, no tiene una única expresión sexual, (lo que lo diferencia de la teoría Freudiana) si bien es la fuente de todos los procesos psíquicos (Carrasco, 2007) es a través de los símbolos que esta puede ser transformada hacia otros fines o colaborar con otros procesos del desarrollo de la psique.

“En la naturaleza, no existe distinción artificial entre los instintos, en la naturaleza solo vemos un instinto vital continuo, una voluntad de existencia que mediante la conservación del individuo quiere asegurar la reproducción de toda la especie” (Sainz en Carrasco A. 2007 Pg.82)
Acerca de lo instintivo como energía que pone en movimiento el desarrollo y la perpetuación de la especie, también podemos encontrar una función que es imprescindible en la comprensión de cómo trabaja la psiquis.
Si bien la naturaleza, se esmera por mantener la vida y un equilibrio en esta misma, también hay una vida que es psíquica, y la forma de mantener en equilibrio este estrato del ser humano es con la ayuda del símbolo.

Al respecto, Carrasco (2007) menciona que “otro aspecto importante de la concepción de Jung es que un símbolo vivo no provoca solamente un reconocimiento intelectual, sino sobre todo involucra una participación inconsciente y por lo tanto tiene un efecto favorecedor de la vida”. (P. 71)

Este símbolo del cual nos habla Jung, hace referencia a “algo” que resulta incognoscible o que aún no es susceptible de conocer, dado el estado de conciencia del sujeto (Porre, 2009).
Por ende, el símbolo alude a algo que no puede ser dicho de otra forma. El símbolo más que algún vocabulario o intento de traducción de su significado sigue siendo la mejor expresión de aquello que quiere comunicar.

Estos símbolos sin embargo, aparecen espontáneamente desde el inconsciente, tienen una función que es compensatoria con respecto a la conciencia y la actitud del individuo. Por esto que el símbolo tendrá la función de ayudar al proceso en que la psique se auto-regula. (Porre, 2009)


A estas alturas, podemos comenzar a dilucidar, el crucial efecto que ejerce el inconsciente sobre la conciencia. Desde este punto de vista dinámico y compensatorio, lo inconsciente, no está para fastidiar a la conciencia con problemas morales, sino que éste pugna por mostrar a la conciencia la posibilidad de complementariedad reciproca que es posible de alcanzar.
Por ello volviendo al asunto de lo instintivo, Jung (1971) expresa que la naturaleza misma de la psique busca encontrarse y alcanzar la totalidad.

Esta tendencia innata de la psique para autorregularse y así poder alcanzar la totalidad, es lo que Jung denomino como proceso de individuación.

Este proceso caracterizaría toda la vida anímica del individuo puesta en acción, es un fundamento que le da sentido y perpetuidad al desarrollo humano y que estaría íntimamente ligado al movimiento de la naturaleza, en tanto aspecto instintivo y libidinal en el ser humano, que ayudaría a movilizar la energía psíquica en tensión entre el par de opuestos de la conciencia y el inconsciente y que permite el surgimiento de una nueva actitud conciente. (Porre, 2009)
En un sentido más profundo, incluye el desarrollo, crecimiento y maduración del propio cuerpo físico. Es la realización de sí mismo, paradójicamente es volver a ser lo que siempre fuimos.


Referencias:

-Carrasco, A. (2007) “La interpretación simbólica del mito”. En “Aportes en psicología Clínica analitica Junguiana.” Volumen I, universidad Adolfo Ibañez. Santiago, Chile.
-Jung, C.G. (1985) “Tipos Psicológicos Tomo 2”,Pg .254 - 267 Editorial Sudamericana, Buenos Aires, Argentina. Ebook.
-Jung, C.G.(1971) “Las relaciones entre el Yo y el inconsciente” , Buenos Aires, Argentina: Paidós.
- Porre, M. (2009) Cátedra seminario Sintesis I “Presentación vida y obra Carl G. Jung” Universidad del Pácifico, Santiago – Chile.

miércoles, 14 de marzo de 2012

La globalización, valores humanos


Hoy en día la globalización como papel económico, ha traído consigo no solo un particular sistema monetario, ya sea capitalista o socialista a los países, sino que ha llevado a ellos la importancia en la moneda en si, dejando fuera los valores humanos y destacando el poder por sobre todo lo demás.

Señala Caraminas (2000) que “La globalización, la estratificación y agudización de la diferenciación social son dos caras de la misma moneda, en un sinfín de lugares del planeta, es posible encontrar casas de cartón idénticas al lado de imponentes centros comerciales y financieros calcados a la imagen y semejanza de los existentes en el primer mundo. La misma presencia de gustos y hábitos mundiales (estilos de vestir, gustos musicales, cine, Internet) produce una insistencia en la diversidad, un énfasis en la identificación cultural que no es la identidad local ni el esfuerzo por recuperar tradiciones perdidas en todas partes.”
Hay una grata valoración que no podemos dejar de lado, que Caraminas retrata fielmente y es la constante búsqueda cada vez mas necesaria en el hombre de buscar una diversidad en si mismo y esto surge como resultado del fenómeno de la globalización, es paradójico al mismo tiempo.
La globalización, el principal agente de la hegemonía de factores es la que al mismo tiempo y paralelamente comienza a fomentar en el hombre una búsqueda de diferenciación local, una búsqueda de identidad y porque no, (cómo se esbozo en el capitulo anterior) de su individualidad.

De la misma forma que nos señala Caraminas, la globalización nos da a conocer el lado amable de los beneficios comunicacionales, después de todo es la comunicación la que hace viable la propagación de los bienes y servicios utilizados por otras localidades y no se reduce todo exclusivamente a la economía.

Desde este punto de vista, la economía solo seria un medio por el cual se pueden transmitir las tradiciones y como lo hemos discutido ya, la globalización, o mejor dicho, este tipo de globalización que nos atañe hoy en día, es una globalización que podríamos llamar Globalización monetaria, pues solo es ese factor por el que se piensa trabajar, vivir e incluso transar valores culturales. Si hay algo por lo cual las personas puedan optar por otro sistema ajeno hasta entonces al de ellos, es solo porque ven en este nuevo “paradigma” soluciones a necesidades que pueden ser satisfechas de mejor forma.
Sin embargo, si la globalización fuera una globalización de valores humanos, el tema económico solo seria entonces la segunda mano, es decir, ocuparía el lugar que hoy ocupa la comunicación, pasaría solo a ser un mediador entre las personas y no un fin ultimo.
Ya se ha intentado este tipo de globalización, pero sin bastantes resultados, ya que si hubiera dado frutos, no existirían debates sobre el impacto ambiental que inflingen ciertas compañías ni se cuestionaría si hacen daño o no a los mismos habitantes de los sectores aledaños. Este intento tiene nombre y se conocen como los Derechos Humanos (DD.HH.).

Freire (1975, P. 11.) afirma: “El conocimiento, por el contrario, exige una presencia curiosa del sujeto frente al mundo. Requiere su acción transformadora sobre la realidad. Demanda una búsqueda constante. Implica invención y re-invención.” Los psicólogos debemos trabajar sobre los principios que hoy en día priman en la cultura globalizada que como señala Freire (1975, Pág. 21) “...envuelven acciones, que transformando al hombre en una “cosa”, lo niegan como un ser de transformación del mundo. Además de negar, como veremos, la formación y la constitución de conocimientos auténticos. Además de negar la acción y la reflexión, verdaderas a aquellos que son objetos de tales acciones.”

Este proceso de supresión del hombre pensante, ha llegado a todas partes del mundo, como propósito destituir al hombre de sí mismo, pues al convertir a la humanidad en una sola, sin esa rica diversidad destruye consigo la individualidad y potencialidad de cada hombre; que le corresponden virtudes y acciones en el mundo realmente transformadoras y positivas, pero que como vimos, tan suprimidas en el fondo de su inconsciente por la valoración incesante de su rol social.


Referencias:


•Caraminas Escudé, J.(2000) Ética Primera: aportaciones de Xavier Zubiri al debate ético contemporáneo.

•Freire, P. (1975) ¿Extensión o comunicación? La concientización en el medio rural. Trad. Lilian Ronzoni. México D.F.. Siglo XXI editores.

Citas de Caraminas Escudé y Freire, P. Extraídos el miércoles 01 de julio, del año 2009 a las 15:45 hrs. desde http://espanol.geocities.com/aguilera99/volumen34.htm

lunes, 12 de marzo de 2012

Psicología de C. G. Jung y el proceso de Globalización.


Como bien se sabe, las personas para poder desarrollarse en nuestra sociedad occidental primero deben poseer un rol activo dentro de esta y no solo para participar y para adquirir un trabajo y su posterior remuneración, sino que es clave este rol para su desarrollo personal (y no me refiero solo a un desarrollo externo como lo es la vida en sociedad, sino además una actualización considerable de su valoración personal y crecimiento) y su establecimiento de mejor forma en el mundo. Este rol pasa a ser la vida de la persona a tal punto que uno ya no se llama Pedro o Esteban, si no que al presentarse frente a los demás, se presenta muchas veces según el papel que desempeña en sociedad. Por ejemplo: “hola, soy psicólogo”.
Esta función del rol social como dijimos anteriormente es necesario para el desarrollo de la persona y para su adaptación al mundo. Pero luego de establecido en la persona y viviendo más de 4 décadas a través de roles, paulatinamente vamos dejando de lado algo tan preciado como es la propia individualidad. Esto es tan sutil pero arraigado en la persona, que se hace difícil para el occidental diferenciar aquello que lo hace único, de aquello que es común para el rol que ejerce. Y hoy en día si hay algo que lleva de la mano el termino “globalizado” han sido los roles sociales que en todo estado o país occidental, sin reparar en economías socialistas o capitalistas, existen de igual forma y, de hecho, se ejercen de la misma manera incluso en las mismas instituciones. Por ejemplo el psicólogo, se sabe que ejerce en una “consulta” o en una clínica, hospital u otras instituciones. Inclusive se combaten las mismas “enfermedades” mentales en los países de occidente y oriente.

Volviendo a nuestro punto central, el establecimiento de los roles también ha sido parte de esta llamada globalización.
De hecho, si se le preguntará a un psicólogo de chile que es lo que lo diferencia de los demás psicólogos del mismo país, podríamos alcanzar diferencias solo en la forma de aplicar una teoría y valores subyacentes a la historia personal y que de buena manera, podríamos encontrar los mismos o muy similares valores en otras personas consultadas. Sus variaciones serían netamente culturales talvez, lo cual remite a otro aspecto colectivo y no individual.
Esto es fácil de entender y explicar debido a que los roles en sociedad se repiten; y comparten una ideología acompañada de una moral, un objetivo y una tarea.
Ahora bien, si le pedimos a estos mismos psicólogos que nos digan que es aquello que los diferencia de los otros psicólogos, pero ya no desde su área, sino desde su individualidad como persona, volveríamos a encontrarnos con virtudes y hasta defectos también, ya nombrados y que además corresponden a su rol como Psicólogo.

Así es como hemos llegado al punto aclaratorio, en la diferenciación tan importante pero delicada del termino persona, en diferencia a individualidad que tan difícil se hace en estos tiempos, en paralelo al fenómeno de la globalización de los roles.

Entonces ¿Cuál es el desafió de la Persona de hoy en día?.
Su verdadero desafió entonces, es el redescubrimiento de aquellos contenidos que se encuentran en lo más profundo de su psique (o alma) y que esperan ser redescubiertos. El encuentro con su propia individualidad implica un camino de apertura a la liberación de todos los condicionamientos dados por esta cultura globalizada y que en el mismo paso a este descubrirse hay un doloroso . Sí debe tener presente que no es un paso simple, pues la conciencia tan arraigada en su representación externa, sufrirá al ver el abismo que separa su mascara personal de su individualidad.

Nos habla al respecto Carl G. Jung (1971): “Estas identificaciones con el rol social constituyen por lo demás una fuente abundante de neurosis: no es sin desgaste y sin ser cruelmente castigado que el hombre puede alienarse de sí mismo en beneficio de una personalidad artificial. Ya la menor solicitación respecto al hombre interior en este sentido y el menor abandono del hombre exterior a tal curso determinan, en todos los casos banales, reacciones inconscientes, humores, afectos, miedos, representaciones obsesivas, debilidades o vicios. El hombre que en la vida social se presenta como “hombre fuerte”, ”hombre de hierro”, es muy a menudo en la vida “privada” como un niño de cara a sus sentimientos y sus estados de ánimo: la disciplina que muestra (y que, particularmente, exige de los demás) se encuentra, en el plano privado, vergonzosamente y caricaturalmente contradicha y desmentida. Su “vamos al trabajo”, su “disponibilidad profesional”, su “amor al deber” tienen un rostro melancólico; su “ejemplar” moral oficial tiene rasgos muy singulares cuando se levanta la máscara. Y nos referimos aquí menos a los actos que a los movimientos de la imaginación... En la medida en que el mundo solicita insidiosamente al individuo que se identifique con su máscara, y en la medida en que el individuo sucumbe a estas seducciones, será librado a las influencias que emanan del mundo interior, y será su víctima con mayor frecuencia...”.

En lo que retrata C. Jung encontramos un punto clavé a la hora de buscar el para qué de la individuación y la consecuente separación con el fenómeno de la globalización de los roles.

La individuación no es un fenómeno que se pueda buscar en un momento determinado de la vida, sino más bien, la individuación misma es la que nos busca durante todo el periodo de nuestra vida, como dice Jung (1971), al identificarnos fielmente con la mascara de la persona, dejamos a ciertos contenidos de la individualidad, (arraigados en nuestro inconsciente personal) que pugnen por salir a la superficie de la conciencia, es así como aparece la neurosis, enfermedades físicas, estrés, depresión y un sin fin de sintomatologías como sinónimo de nuestra psique que busca expresarse y salir de esta falsa fachada que nuestro yo a decidido ocultar para poder moverse mas fácilmente en su rol social.


Referencias:

•Jung, C. G. (1971) La “persona” como recorte de la psique colectiva P.48. En Jung, Las Relaciones entre el yo y el inconsciente. Barcelona, España: Paidós.

domingo, 11 de marzo de 2012

Ensayo: El Impacto de la Globalización en la Psicología, valores humanos y el proceso de Individuación.


Introducción a una globalización de las comunicaciones

Podemos dar cuenta que desde el momento en que se establecieron relaciones políticas, económicas, culturales y sociales a nivel mundial, es decir, un alto grado de comunicación entre los países, y no solo vecinos, llevó consigo un sin numero de repercusiones a nivel cultural tan grande, que no solo se mezclaron las monedas de los estados y sus intercambios de valores, sino mas grande aún, hubo una destrucción de ritos y del sentido que estos daban a la vida cotidiana de los diferentes pueblos, ciudades y naciones.
Con la llegada del Internet a la vida de millones de personas, no solo se han mejorado los estándares en la forma de comunicación de las personas, mas allá de ello, a agregado a la identidad nacional o pueblerina de cada nación, un sin número de actitudes, valores, vicios, hábitos y conductas arraigadas tan fuertemente en cada individuo, que ya hace difícil conocer que es lo que lo diferencia a él de los otros. Ha llegado hasta la personalidad e intimidad de las personas en su misma cotidianeidad. Esto se puede ver reflejado en las sociedades occidentales sobre todo en la forma de ejercer su papel y sus roles sociales, destacando el rendimiento en una o tal empresa, sin destacar su papel preponderante como persona individual, con derechos, y una vida fuera de su trabajo.

Podríamos pensar entonces que el dilema de los días de hoy tal como nos contó en su tiempo Maquiavelo “El fin justifica los medios”, estaría en muchos lugares de nuestro planeta tan vigente como el internet en nuestras vidas.

Ahora si del internet y los medios masivos de comunicación queremos hablar, tenemos una gran lista que enumerar, en beneficios y dificultades que los psicólogos han debido lidiar estos últimos años.
La comunicación entre las personas puede haberse abierto hasta fines inconcebibles en alguna época. Por ejemplo hablar con parientes que se encuentran en otros países ha sido uno de los grandes “bonus” que se le atribuye a la globalización de los medios. Pero si nos acercamos a millones de hogares, familias que se constituyen por adolescentes y más aún, niños en plena edad de la pubertad, se puede observar un rico nivel de comunicación con sus pares, vale decir, con sus amigos y gente que los rodea, pero si giramos la atención y notamos su relación con sus padres, tal vez vemos que su relación parental es totalmente diferente a como lo es con sus amigos. Talvez ha sido que el internet nos ha acercado con nuestros pares y parientes más lejanos, pero al costo de alejarnos de las personas que tenemos a nuestro alrededor. Nuestra realidad se ha convertido en una relación virtual, escondiendo nuestra verdadera identidad detrás de un “nickname”.

Al respecto podemos hacer un acercamiento clave en materia de psicología y las relaciones que hoy en día se han dado en materia de sociedad, de individualidad y autoconocimiento.

[Continua.....]